Fue un golpazo. Y dolió más porque fue sobre el final, cuando el empate parecía asumido por los dos equipos. Pero no. El brasileño Marquinhos y su cabezazo nos quitaron los tres puntos de la noche de Lima. Un 0-1 que pega feo pero deja cinco conclusiones:
El gol es un pecado. Para un entrenador tan obseso de los detalles como Reynoso debe saberle pésimo que le hagan un gol en el minuto final con un jugador de 1.65 cuidando el primer poste. El gol echó por tierra lo que iba a ser un elogio al control general que Perú ejerció sobre Brasil. El ingreso de Ruidíaz no fue como 9 sino detrás de Paolo, alejándose del área y acercándolo a un tráfico del que no pudo salir. Reynoso quiso darle otra chance y fue peor. Hoy Ruidíaz es trolleado, otra vez.
Jugamos a otra cosa. El técnico está haciendo su gestión con los insumos de su antecesor pero con fuertes señales de cambio. Aunque varía de sistema según el partido, se puede decir que su columna vertebral hoy pasa por un arquero top, un back-líder, un medio-distribuidor y un 9-capitán. O sea Gallese-Tapia-Yotún-Paolo. Vendrán los cambios cuando Lapadula esté ok, porque tener a Paolo, de 39 años, todo el partido es solo señal de falta de recambio. Como sea, la doble fecha mostró competitividad. No somos ni la gran Argentina ni la pésima Bolivia; somos “media tabla y a pelear”.
Perú controla, pero no genera. Lejos del libreto de Gareca, la selección hoy es un mix de veteranos con jóvenes que ya juegan como Reynoso quiere, al menos, en lo básico. Se para bien, es intenso presionando la salida del rival, pero aún carece de elaboración ni bien recupera la pelota. Y si colectivamente no hay circuitos -y sí mucho pelotazo-, tampoco existen individualidades que cambien la ecuación. La ovación a Carrillo fue más por su despliegue que por su peligrosidad. ¿Guerrero? El Paolo de hace 7 años era todo. El actual cuerpea, se mecha, conmueve. Pero no te mete un gol.
Recambio, allá voy. Si una de las preocupaciones era (es) el alto promedio de edad de la oncena titular peruana de la previa, que superaba los 31 años, es justo decir que Reynoso ha introducido variantes interesantes con idea de recambio. Ayer, por ejemplo, se acabó en cancha con Castillo y Grimaldo, dos sub 23, sin contar que Abram (27) y López (23) fueron titulares. La renovación, seguramente, tendrá un panorama más completo tras el Preolímpico de enero. El 2024 será clave si no queremos un Perú de treintones.
Tapia es back. La lección del 2do tiempo con Paraguay, después de la expulsión de Advíncula, entregó varias certezas en el equipo titular. Que Corzo es el lateral derecho, que Cartagena es una opción muy válida de mediocentro, que López debe ser extremo por izquierda y que Tapia debe ir a la zaga, como primer marcador central. Renato no solo asegura buena salida, voz de mando para ordenar y un primer pase fiable, sino se siente cómodo liderando desde atrás. Una suerte de traductor de las ideas del técnico en el campo. Sí, como aquel Reynoso-jugador.