La política da risa
Lo mejor que pudo haber hecho Julia Louis-Dreyfus fue ponerse en manos de HBO. No porque lo necesite, sino porque el tipo de producto que realiza el canal de cable le ha hecho muy bien. ¿Cómo así? ¿Qué podía hacer Julia después de interpretar a Elaine Benes en “Seinfeld”, a Maggie Lizer en “Arrested Development” y a Christine Campbell en “The New Adventures of Old Christine”? Todavía quedaba algo más: ser vicepresidenta de Estados Unidos.
Si por un lado tenemos dramas como “House of Cards”, “The Newsroom” y la histórica “The West Wing” mostrándonos el sucio manejo de la política, HBO nos ha entregado “Veep”, una comedia en la que vemos a Louis-Dreyfus bajo la piel de Selina Meyer, segunda al mando de EE.UU. ¿Cuál es el mayor logro de esta serie? Demostrarnos, a punta de humor negro, cuán inútil es el cargo de vicepresidente.
Porque Selina Meyer intenta ser útil, pero el sistema no la deja. Cada vez que pregunta a su secretaria si el presidente llamó a su despacho, recibe una negativa como respuesta. Incluso durante los minutos que le tocó ser presidenta interina, en uno de los episodios de la primera temporada, deja en evidencia ese clásico anhelo político por tener el cargo más importante… porque el propio es totalmente prescindible.
Sería injusto no mencionar al equipo que rodea a la ‘veep’. Asesores que cuidan que Selina no meta la pata: le susurran al oído el hobby del congresista que está a punto de saludar o se preocupan por ver qué comenta sobre ella la gente en Twitter. ¿No hay noticias sobre la vicepresidenta? Ellos crean varias, una más disparatada que la otra. Tony Hale y Anna Chlumsky lideran ese grupo. Larga vida a la vicepresidenta.