Para muchas personas, adoptar a Tocino hubiera sido todo un reto. Y es que el perrito llegó al albergue Wasi wau con alergias en la piel, problemas de peso, una hernia, el paladar elongado, y entropión en ambos ojos.
Sin embargo, para Cinthya Olivera y su esposo, Ricardo Figueroa, estos problemas eran bastante normales, teniendo en cuenta que ellos ya tenían una bulldog inglés de nombre Matilda.
“Matilda nos sensibilizó mucho con respecto a la tenencia responsable de animales. Además, con ella aprendimos mucho sobre el cuidado de un bulldog inglés”, explica Olivera.
Por ello, no la pensaron dos veces cuando vieron el caso de Tocino en redes sociales: un perrito que había sido atado y abandonado en las afueras de una mecánica en Villa María del Triunfo. “Una amiga mía lo recogió – su ángel guardían, Nancy Escalante - y lo llevó a Wasi Wau. Ahí decidimos adoptarlo”, dice.
En marzo de 2023, la familia Figueroa Olivera adoptó oficialmente a Tocino, y lo primero que hicieron fue asegurarse de que él recuperara al 100% su salud.
“Por recomendación de su doctora, Diana Figueroa, y ya que había tenido erliquia, iniciamos un tratamiento desde cero. También lo operamos del paladar elongado para evitar que se ahogue, y corregimos la operación de su hernia. Siempre dijimos que con él todo sería paso a paso”, señala la adoptante.
Este año, Tocino pasó por una de sus últimas operaciones. “Él tenía la piel de los ojos caída y, si no pasaba por una operación para corregir su entropión, podría quedar ciego con el paso de los años. No queríamos que se quedara así porque él merece ver, y tener calidad de vida”. confiesa Olivera.
Felizmente, el perrito se recuperó muy bien de la operación de la vista e, incluso, hoy su vista y su salud en general están mejor que nunca.
“No podíamos realizar actividades al aire libre o viajar porque se ahogaba y no tenía muchas fuerzas. Sin embargo, gracias a la operación de su paladar y a la alimentación, hemos podido viajar a Obrajillo, Lunahuaná, y visitar las playas de San Pedro en Chilca y Barranca. Todo eso es posible porque ya puede respirar bien”.
“Para nosotros lo más bonito de estar con Tocino y Matilda es compartir nuestra vida de familia y realizar la mayor cantidad de actividades con ellos. ¿Para qué tener una mascota si la vas a dejar abandonada?”, recalca Olivera.
Más allá de las dificultades, el vaivén emocional y el esfuerzo invertido en Tocino, la familia no se arrepiente de haber adoptado al Wuf y, todo lo contrario, aseguran que volverían a adoptar una mascota.
“Sabemos que es difícil tener a un perrito, pero, al mismo tiempo, ya sabemos qué cuidados deben tener: buena alimentación, visitas al veterinario, paseos, juegos... Es decir, todo lo que un miembro de la familia merece. Dar una segunda oportunidad a un perrito que fue abandonado es lo mejor, ya que ellos son muy nobles. No te piden nada más que amor”, enfatiza Olivera.
Eso sí, ella asegura que la adopción debe venir acompañada de una tenencia responsable, ya que el adoptar involucra tiempo, paciencia y mucho amor.
“No se trata de adoptar sólo por un día, y si la cosa se pone difícil, abandonar. Debes ser consciente de lo que estás haciendo, y estar seguro, con todo tu corazón, de que estás incorporando a un miembro de la familia para siempre”, puntualiza.
¡No compres, adopta! Ingresa a wuf.pe/adopta, y encuentra al próximo miembro de tu familia. Si quieres seguir las aventuras de Tocino y Matilda, encuéntralos como @matildaytocino en Instagram.