Cuando pensamos en la depresión, difícilmente pensamos en un perro. Y es que nuestros amigos caninos casi siempre están felices y contestos, listos para salir al parque y jugar con sus dueños.
Sin embargo, es importante tener en cuenta que, la tristeza y la falta de interés por las actividades cotidianas, también afectan a los perros, aunque de una manera más sutil y difícil de detectar.
Por eso, como dueño responsable, debes estar muy atento a las siguientes señales que podrían evidenciar que tu mascota está deprimida. Por ejemplo...
- Si disminuye su apetito.
- Si duerme más de lo habitual.
- Si demanda más afecto de lo normal.
- Si frecuenta áreas del hogar en donde otra mascota solía pasar la mayor parte del tiempo (en el caso de que una mascota haya fallecido).
- Si hay un cambio en su vocalización (maullidos, ladridos, aullidos, etc. más de lo habitual).
- Si presenta un comportamiento inusualmente agresivo hacia personas u otros animales.
- Si orina o defeca de manera inadecuada en el hogar.
- Si no quiere participar en actividades de juego.
“Cuando un veterinario busca diagnosticar a una mascota con depresión, el primer paso es obtener un historial médico completo del dueño de la mascota”, explica el portal veterinario petMD.
En ese contexto, estar atento a los cambios en el comportamiento de tu mascota puede ser de gran ayuda para determinar qué es lo que le sucede, y poder definir si se trata de depresión.
Depresión en mascotas: ¿Cuál es la causa?
Si sospechas que tu perro sufre depresión, piensa qué ha cambiado en su entorno... Y es que, cualquier cambio significativo en la rutina de tu mascota, puede causarle estrés y/o depresión. Aquí hay algunas razones que podrían darte una idea más clara:
- Dolor crónico o enfermedad crónica.
- Trauma (como una lesión o abuso).
- Aislamiento.
- Falta de estimulación mental o física, especialmente en perros enérgicos.
- Cambios en el hogar (por ejemplo, la incorporación de un nuevo miembro a la familia).
- Un cambio en las rutinas laborales o escolares de sus dueños.
Felizmente, esto tiene solución. Para ayudar a tu perro a afrontar un periodo de depresión, es importante averiguar qué está ocasionando ese periodo de tristeza, e implementar los cambios que sean necesarios en casa para contribuir positivamente con su estado emocional.
Por ejemplo, si tu perro se encuentra deprimido ante la falta de estimulación física, debes darte el tiempo para jugar con él, y apoyarte de actividades que le permitan explorar su entorno y agotar su energía. Contribuir con que pueda socializar y/o jugar con otros perros también puede ser de gran ayuda.
Recuerda que también es importante recurrir al apoyo de un veterinario. Un especialista podrá ayudarte a encontrar qué está originando este periodo de tristeza en tu mascota, y así descartar que su depresión no esté asociada a una enfermedad y/o a una dolencia física. El apoyo de un experto es clave para brindarle bienestar a tu engreído de ‘cuatro patas’.
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