Fuente: GDA / El Tiempo / Colombia
La monotonía se ha vuelto una causa alarmante de separación, incluso más que la infidelidad. Ante esta situación, uno de los consejos que da la psicóloga de familia María Elena López es apoyar los proyectos individuales a nivel profesional, social y económico de tu pareja; pues es una manera de tener distintos desafíos que hacen que se mantenga una energía especial que dinamiza la relación.
Los problemas que no se resuelven -y en apariencia no generan ningún impacto- producen sentimientos como el rencor, la rabia, el dolor y el resentimiento; y pueden acabar fácilmente con la alegría de compartir, haciendo que la convivencia se torne aburrida y frustrante.
Con frecuencia se piensa que ante una situación difícil de pareja es preciso hacer cambios muy dramáticos. Pequeñas acciones marcan la diferencia en la sexualidad, la convivencia y la comunicación, lo que hace la vida más amable. Muchas veces no se trata de hacer nuevas cosas, sino las mismas pero de manera diferente.
No es cierto que cuando las personas establecen una relación estable, o pasan los años, están condenadas a que la diversión y la emoción desaparezcan; y lo que sigue sea una monotonía que hay que soportar para que la pareja se mantenga. Los logros en la relación son una combinación inteligente de voluntad y trabajo.
Es cierto que tener hijos, comprar bienes y asegurar el futuro de la familia le demandan a la pareja una gran cantidad de tiempo y energía. Pero también estas deben equilibrarse para no aplazar la satisfacción y la alegría en la relación. Alcanzar estabilidad no significa mantener rígidamente aburridas rutinas.
Esperar demasiado del matrimonio y evaluarlo según criterios de eficiencia, éxito y rentabilidad se vuelve una camisa de fuerza. Si esto no ocurre, aparecen la desmotivación y la monotonía; porque se cree que no se cumplió con la promesa básica de que lo tendríamos todo.
Hay que revisar las expectativas. También es importante revisar el mensaje que hoy ronda a las parejas de que la vida debe ser siempre emocionante y llena de sensaciones agradables. Las relaciones afectivas pasan por momentos de aburrimiento, desencanto o frustración y, aunque parezca paradójico, enfrentarlas con éxito nos puede hacer sentir más felices.