Cuando nos referimos a los daños que viene sufriendo el planeta, es inevitable no pensar en el impacto que una industria tan grande como la de moda ha tenido en esta problemática. Si bien algunas acciones referentes a la sostenibilidad se han puesto en marcha, la verdad es que aún no es suficiente. Nuestras decisiones y el actuar de las grandes corporaciones influyen directamente en la conservación del planeta y eventos como La Hora del Planeta son momentos indispensables para reflexionar sobre nuestra relación con esta industria que puede llegar a ser muy contaminante.
1. Incremento de vertederos de basura textil
Actualmente, la industria de la moda se rige principalmente por un modelo de negocio lineal, lo que quiere decir que utiliza recursos del planeta para producir las prendas. Esto termina siendo perjudicial para el planeta, ya que una vez desechado el artículo, acaba en un vertedero o se quema en lugar de ser reutilizado de otras formas. La industria de la moda produce actualmente unos 100.000 millones de productos al año y cada minuto los vertederos de basura se llenan de restos textiles.
2. Maltrato animal
La cría brutal, la captura y el despellejamiento de animales aún sigue ocurriendo en pleno 2023. Por más que esto sea un claro acto de crueldad -sobre todo cuando existen tantas alternativas éticas y sostenibles- se siguen sacrificando animales como zorros, conejos, focas, coyotes, lobos y visones; esto con el propósito de convertir su piel en lujosas prendas. Incluso, esto provoca que muchas especies actualmente se encuentren en peligro de extinción.
3. Contaminación marina
Los tejidos sintéticos como el poliéster desprenden microscópicos trozos de plástico con cada lavado y uso. Estas partículas llamadas microplásticos, contaminan los océanos, el agua dulce y la tierra, suponiendo un peligro para los animales que los consumen, ya que inhiben su crecimiento y reproducción. De acuerdo a estudiosos australianos, se calcula que en el fondo de los océanos hay entre 9,25 y 15,86 millones de toneladas de microplásticos.
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4. Quema de prendas no vendidas
El ritmo de producción de prendas a menudo supera la demanda de la sociedad. Esto nos hace cuestionarnos, ¿qué pasa con la ropa que nunca se vende? Una de las “soluciones” aplicadas por grandes corporaciones de moda rápida consiste en quemar el excedente de prendas no vendidas, porque eso es más conveniente que quedarse con el inventario ocupando espacio en sus almacenes.
5. Contaminación química tóxica
Los textiles baratos y de baja calidad que emplean las empresas de moda rápida contaminan los vertederos con plomo, pesticidas y otras sustancias químicas tóxicas y, debido a su composición sintética, estos no se biodegradan.
6. Desperdicio de recursos naturales
La producción mundial de algodón requiere más de 250.000 millones de toneladas de agua al año y en lo que va del año, ya se vienen superando los 58 millones de toneladas. El impacto negativo del cultivo de algodón es tal que ha llegado al extremo de casi desaparecer por completo el Mar Aral. Incluso, la ONU ha calificado este como uno de los peores desastres medioambientales del planeta.
7. Emisión de gases de efecto invernadero
La industria de la moda presenta una gran huella de carbono. Así, aporta el diez por ciento de las emisiones mundiales de carbono debido a la extensa cadena de suministro de fabricación y los procesos que implican la producción y entrega de prendas.
8. Degradación del suelo
Fibras como el algodón cultivado comercialmente requiere de importantes recursos y esfuerzos que perjudican al planeta. El uso de fertilizantes sintéticos para promover el cultivo producen que el suelo se degrade y pierda sus elementos naturales.
9. Sobreproducción de prendas
Cada año se producen entre 80.000 y 100.000 millones de nuevas prendas de vestir, lo cual genera un sobreconsumo de parte de la sociedad, así como una cultura de descartar las prendas tras llevarlas un par de veces.
10. Altos volúmenes de aguas residuales
La industria de la moda es responsable del 20% de las aguas residuales de todo el mundo, lo que quiere decir que gran parte de los líquidos contaminados que terminan en los ríos u océanos tienen como causa la producción y el consumo de prendas elaboradas a partir de materiales sintéticos y de origen peligroso.
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