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Las curitas son un básico en cualquier botiquín y nos ayudan a proteger heridas de la contaminación. Pero estos pequeños productos pegajosos también tienes otros usos que se alejan de lo médico y se acercan al rubro de la moda.
Con el verano a la vuelta de la esquina, las curitas son tus mejores aliadas no solo para protegerte los pies de daños que causan algunos zapatos sino para mantener todo en su lugar de la cintura para arriba. Te decimos cinco maneras de convertirlas en piezas indispensables para mejorar tu atuendo.
1. Para evitar las ampollas cuando cambies de zapatos
El cambio de estación implica volver a usar sandalias, las cuales dejaste de ponerte hace un año y tu pie perdió la costumbre. Eso se refleja en las temidas y dolorosas ampollas. Antes de salir de casa, colócate un par de curitas en los lugares donde siempre salen las heridas para evitar que aparezcan.
2. Para que tus vestidos strapless no se bajen
Si ya te cansaste de levantar tu vestido cada cinco minutos, puedes doblar una curita por la mitad y tener una especie de cinta doble faz. Pégala en el borde del vestido para que se quedé unida al sostén y deje de bajarse de una vez por todas.
3. Para juntar las tiras del sostén en la espalda
¿Cuántas veces has usado un polo de espalda de corte deportivo pero no tenías el sostén adecuado? Toma una curita y amarra las dos tiras por el medio, procurando que queden escondidas debajo del polo y listo.
4. Para mantener tus pezones bajo control
Si tienes un vestido de espalda descubierta y no tienes más solución que usarlo sin sostén, unas curitas te serán de mucha ayuda. Pega la parte suave sobre tus pezones para evitar que se no se vean a través de tu ropa.
5. Para que tus uñas no se enganchen con todo
Evita la horrible sensación de tener una uña rota y jalarte el pelo o hasta romper una media. Corta un pequeño pedazo de curita y te servirá cómo una solución momentánea hasta que llegues a casa y puedas limar la esquina problemática.
