Cuando somos niños, siempre nos dicen que nunca debemos de tragarnos un chicle porque nuestras tripas se quedarían pegadas. Ahora ya más grandes, seguramente en alguna ocasión accidentalmente nos hemos pasado el chicle y nos damos cuenta que nada en nuestro interior se pegó, pero ¿qué es realmente lo que sucede al tragarnos la goma de mascar, es perjudicial para la salud?
Según el portal Naturisima, sí es posible que los intestinos se vean obstruidos al tragar una goma de mascar, pero no es muy común que suceda. Existen algunos casos, documentados, de personas que se tragaron un chicle y en consecuencia terminaron con los intestinos bloqueados.
Al mascar chicle engañamos a nuestro organismo haciéndole creer que recibirá comida, y lo hacemos prepararse para el proceso de digestión, por lo tanto si ignoramos lo que nos han aconsejado desde pequeños y nos tragamos el chicle, éste empezará su trayecto a través del esófago hacia el estómago y los intestinos. Si es un pedazo pequeño no tendría que tener mayores problemas para atravesar el tracto digestivo y afectar nuestra salud, además el chicle tiene la ventaja de ser suave.
Según el portal de la BBC, un estudio que data de 1998 reportó el caso de tres niños que tuvieron obstrucciones como resultado del hábito de tragarse el chicle. Uno de los casos es el de un niño que tenía dificultades para ir al baño, entonces sus padres le empezaron a dar goma de marcar entre cinco y siete veces al día como incentivo para que lo intentara, el niño en lugar de botarlo, se lo pasaba luego de mascarlo, este hábito desencadenó un daño a su salud, provocándole una obstrucción por una gran masa de goma de mascar que fue descubierta poco después en los análisis.
Así que, por más que aparentemente sea inofensivo y no genere mayores problemas en la salud, tragar el chicle de manera regular y en grandes cantidades no es para nada recomendable, aunque si ocasionalmente nos ha sucedido no tendríamos por qué alarmarnos.