Karina Villalba F.
«Yo quiero el champú que ella está usando», decía –con voz nasal– una aburrida mujer mientras veía junto con su esposo (igual de aburrido), el comercial de una conocida marca de artículos de belleza y limpieza, donde una guapa mujer la ‘pasaba bien’ lavándose el cabello con una fórmula herbal. «¡Oh, yes, yes!». Como varias, imagino, compré un frasco del bendito champú, pero la experiencia no fue para nada excitante. El champú hizo mucha espuma y olía delicioso, pero mi cabello quedó fatal.
La elección del champú no es tan fácil como pensamos. Que huela rico, que haga espuma o que esté de oferta no son las principales características que deberíamos tener en cuenta al momento de escoger uno, señalan los expertos. Hay que tomar en consideración otros puntos para encontrar el más adecuado.
Entonces, ¿cómo elegimos el champú? Hice esta pregunta a mis compañeras de oficina y también a nuestras lectoras en Internet. De 215 personas que en total respondieron la consulta, el 57%, dijo que lo hace según tratamiento (anticaída, caspa, cabellos teñidos o dañados…), el 27%, por tipo de cabello (normal, seco, liso, ondulado), el 10%, por su composición (eco friendly, libre de químicos, sin sal), y el 6% restante, por precio.
A juzgar por las cifras, la elección de este producto es bastante consciente –ya no como en la pasada década del famoso comercial–, aunque hay variables que no deberíamos perder de vista, como el cambio de clima o de temporada, nuestra salud o el estado de ánimo. Un champú te puede funcionar muy bien en verano, cuando el cabello tiende a resecarse, pero hacer que tu pelo luzca grasoso u opaco en invierno. De igual manera, si estás pasando por una etapa de mucho estrés y el cabello se te cae, podrías necesitar uno anticaída, pero solo durante ese complicado período. Lo mejor siempre es pedir la opinión de un experto. En los centros de belleza hay especialistas que te pueden ayudar a discernir. Algunos, incluso, tienen espacios de diagnóstico estético. O puedes acudir a un dermatólogo, si lo tuyo es un problema médico.
OTRAS DUDAS
De la gran pregunta inicial surgieron otras que tienen que ver con la rutina de lavado: ¿Con qué frecuencia se lavan el cabello? ¿Con agua fría, tibia o caliente?
Consultamos con dos expertos del cabello. Aquí sus respuestas: Lo mejor es lavarse el cabello dejando un día. Puedes hacerlo diariamente si tienes el cuero cabelludo graso, si trabajas en zonas con mucha polución o si tu pelo es muy grueso y rizado. Si te lavas el cabello a diario, asegúrate de usar uno neutro, con PH balanceado.
De preferencia, lávate con agua fría o tibia. El agua caliente tiende a resecar el pelo. Sin embargo, si no puedes renunciar a ella, intenta al final del lavado dejar caer un chorro de agua fría para cerrar las cutículas.