¿Tu hijo no crece? La hormona del crecimiento podría ayudarlo
¿Tu hijo no crece? La hormona del crecimiento podría ayudarlo
Redacción EC

Karina Villalba

A finales de los 90, un anónimo aficionado al fútbol, de solo nueve años y una estatura de 127 centímetros, fue diagnosticado con un déficit parcial de la hormona del crecimiento. Luego de someterse a un tratamiento novedoso para la época, creció varios centímetros. Hoy, ya no es niño ni desconocido ni tan bajito como estaba destinado a ser. Por el contrario, es la estrella más mediática del deporte rey, un habilidoso del balompié que mejoró sus destrezas en el dribleo y su calidad de vida gracias a este método. Sí, hablamos de la ‘Pulga’, Lionel Messi. No es el más alto de los clubes de fútbol por donde se ha paseado –mide un metro sesenta y nueve centímetros–, pero sí un grande, uno de los mejores futbolistas de la historia.

¿Cuál fue el tratamiento que ayudó a crecer al argentino? ¿Quiénes pueden someterse a él? Vamos por partes.

TALLA BAJA: DEFINIR LAS CAUSAS

El tratamiento es el de la hormona del crecimiento biosintética de ADN recombinante y no cualquiera puede probarlo.  

Funciona eficiente y eficazmente en niños. Pero antes hay que identificar la causa de la talla baja o del retardo del crecimiento, y no siempre se consigue. En el Instituto Nacional de Salud del Niño, por ejemplo, se atienden aproximadamente diez mil consultas anuales. De ellas el 25% son por talla baja de distintas causas y un porcentaje de estas está relacionado con desórdenes hormonales.

«Cuando un niño no crece vemos primero si está dentro de los percentiles normales. Si está por debajo del estándar, es un niño de talla baja. Eso se puede detectar en cualquier momento, pero es importante tener información sobre el crecimiento y desarrollo del niño, registro de tallas anteriores», señala Carlos Del Águila, médico pediatra endocrinólogo del hospital infantil.

Según la norma del Ministerio de Salud, el control pediátrico de crecimiento y desarrollo debe ser mensual durante el primer año. Y la razón es fundamental, explica Del Águila: «los primeros años de vida son períodos críticos de crecimiento y si el niño desacelera en esa época es más difícil que lo recupere después». Por eso es importante asegurar que el niño vaya siguiendo su percentil. Tenemos que medir la velocidad con que crece».

Después de esto, se le practican exámenes al menor. Entre ellos una radiografía de mano izquierda para ver si el estado del cartílago está retrasado o no. «[El análisis de] la curva de crecimiento más la edad ósea y algunas pruebas hormonales nos ayudan a discernir cuál es la causa probable de talla baja».

La historia familiar también influye, comenta el especialista, pero no solo la talla de los padres (que es un factor importante, pero no determinante), también el desarrollo puberal de ellos: a qué edad menstruó la mamá o a qué edad el papá dio el estirón puberal... «En realidad, los genes que están detrás de la talla son muchos. A veces, a pesar de los exámenes e indagaciones no se llega al diagnóstico: el niño no tiene problemas hormonales ni nutricionales, no hay ningún problema de fondo. Decimos que estos niños tienen talla corta idiopática, porque la razón es desconocida. Sabemos que el 10% de estos niños [con talla corta idiopática] tiene una mutación genética –aún desconocida– que les impide crecer».

El tratamiento para crecer funciona en niños que tienen talla baja por problemas hormonales, específicamente deficiencia de la hormona del crecimiento. En los niños con talla corta idiopática, se puede usar la hormona del crecimiento en determinadas condiciones que le permitan al niño mejorar su expectativa de talla. Pero esa es una decisión consensuada con los padres. Eso sí, debe practicarse tan pronto se diagnostique. Si es un caso de talla corta idiopática, debe realizarse antes de los seis años.

CÓMO ES EL TRATAMIENTO

Consiste en aplicarse la hormona Somatropina de ADN Recombinante –con dispositivos muy modernos, digitales, fáciles de usar, que hacen que la experiencia sea menos traumática para los niños– en los hombros, en los muslos, alrededor de la cicatriz umbilical, en las nalgas, diariamente y por las noches, para que sea más cómodo para el paciente.

Además, se contempla la práctica de ejercicios, mantener una buena alimentación y dormir de ocho a 10 horas porque en la noche, durante el sueño profundo, se eleva la producción de la hormona del crecimiento. El tiempo mínimo que dura el tratamiento es seis meses. Los resultados duran toda la vida.

MEDIDAS NO NEGOCIABLES

- Controlar talla y peso. Hacerlo periódicamente. Es el principal consejo de los expertos. Solo así se puede detectar a tiempo un retardo del crecimiento.

- Alimentarse bien. Una alimentación balanceada, que incluya todos los grupos alimenticios, ayuda y complementa el crecimiento de los niños.

- Dormir de 8 a 10 horas. El sueño en un ambiente oscuro favorece la producción de la hormona del crecimiento.

- Actividad física. El tratamiento indica rutinas de ejercicios, según la edad de los niños. No al sedentarismo.

Este método puede corregir el ritmo y la velocidad de crecimiento del niño, y logra que su talla final sea más acorde con la talla genética. Así, mejora su calidad de vida y la autoestima del menor.

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