Las mascarillas faciales representan algo más que solo un producto cosmético en el neceser de su rutina diaria. Empleadas de acuerdo con las necesidades del tipo de piel de su rostro, ellas se encargarán de nutrirla, purificarla e hidratarla, actuando como un activo necesario para la salud de la dermis facial. En primer lugar, es importante determinar a qué tipo de piel nos referimos, clasificándola entre normal, seca, grasa, mixta y sensible.
La primera se caracteriza por ser equilibrada y ligeramente grasa; mientras que la segunda carece de los lípidos que la mantienen hidratada y protegida, por lo que suele cuartearse. La piel grasa, en cambio, es aquella más oleosa y con frecuente acné, mientras que la mixta combina la piel grasa y seca por zonas. Por último, la sensible es aquella que luce roja o rosada principalmente en las mejillas, producto de la ruptura de venas y capilares.
A partir de ello, será más fácil reconocer las necesidades de la dermis, y como consecuencia identificar la mascarilla que se recomienda emplear. “Para la piel seca y mixta se deben utilizar mascarillas hidratantes que contengan aceites naturales y orgánicos, como por ejemplo de aceite de coco y semillas de uva. La consistencia no debe ser muy viscosa para que se absorba mejor en este tipo de piel. Además, es esencial evitar los aceites minerales, ya que al ser derivados del petróleo, obstruyen los poros y no permiten absorber la humedad”, sostiene la doctora Ingrid Inga, médica especializada del Centro de Medicina Estética de la clínica Ricardo Palma.
En contraste, la piel grasa necesita mascarillas de carbón activado y avena, que desintoxiquen la piel y absorban el óleo en exceso. Evite las mascarillas compuestas a base de aceites. Milagros Vivanco, esteticista certificada por Sisley París, sostiene: “Al uso de mascarillas se debe unificar el empleo de un tónico, así como también el de sérum y cremas hidratantes que completen el cuidado facial”.
—Cuidados para la piel sensible—
Los tratamientos para la piel sensible deben ser recomendados por un médico especialista, ya que requieren de una mayor evaluación y cuidado. Sin embargo, se aconseja la aplicación de mascarillas desinflamantes hechas a base de manzanilla o rosa mosqueta, ya que poseen un efecto calmante. “Si tiene el rostro sensible, evite en lo absoluto los faciales de carbón activado y arcilla”, advierte la doctora en medicina estética Ingrid Inga.
La frecuencia para aplicar las mascarillas también deriva de cada clase. Las hidratantes son de uso regular, entre 2 a 3 veces por semana, de preferencia por las noches y sobre la piel limpia. Las exfoliantes y las de control de grasa no deben sobrepasar su uso a una vez por semana, ya que podrían resecar o irritar la piel. Finalmente, las mascarillas desinflamantes pueden usarse hasta tres veces por semana, ya que al poseer ingredientes naturales no son agresivas con la dermis.