Con el pasar de las horas, nuestra concentración y productividad van disminuyendo en el trabajo. Nuestro humor también se ve afectado pues, entre menos motivadas estamos, contamos las horas para irnos de la oficina haciéndonos sentir más ansiosas.
Un reciente estudio presentado por la Sociedad Acústica Americana parece tener la solución a este problema que nos afecta a diario. Los científicos encontraron que los sonidos naturales, esos que escuchas para relajarte y despejar la mente, también son buenos para mantenerte alerta y con ganas de hacer las cosas en la oficina.
Para realizar el estudio, se realizaron tres exámenes que requerían la atención continua de los participantes. El primero se hizo con sonidos naturales de fondo, el segundo en una oficina con aisladores de ruido y el tercero con el ruido propio del espacio. Lo que encontraron fue que la primera situación ayudó a las personas a estar más enfocadas y, según dijeron, percibieron el lugar como un ambiente más positivo.
Los especialistas realizadores del estudio recomiendan que los sonidos naturales sean suaves, como el correr de un riachuelo o las olas del mar, y que se eviten ruidos muy agudos como aves. Además, el sonido se debe escuchar a un volumen bajo para que cause un efecto positivo.