Los padres somos los encargados de proteger y hacer todo lo posible para que los hijos estén bien desde el momento en que llegan al mundo. Así que cuando nos enteramos que nuestros pequeños tienen algún tipo de mal, intentamos hacerlos sentir lo más cómodos posible mientras se mejoran.
Geoff Grubb quiso hacer algo por su pequeña Layla, quien nació con una pequeña catarata en el ojo por lo que debía usar un parche dos horas al día para que su visión se desarrolle correctamente. Él sabía que era inevitable que su parche pasara desapercibido así que intentó sacar lo mejor de la situación.
Su idea fue que las personas no se quedaran mirando a su hija por la forma como lucía sino por lo creativo de sus parches. Para eso, realiza un dibujo distinto para que ella use sobre el ojo convirtiéndolo en un accesorio divertido y no en una representación de su enfermedad.
Diariamente Layla se convierte en un Minion, en la Rana René, en una linda pirata, en Spiderman o en un personaje de Mario Bros. Ella deberá continuar con este tratamiento hasta que cumpla cinco años.