Karina Villalba
No deberíamos esperar hasta fin de año para prestar atención y recién preocuparnos por el rendimiento escolar de nuestros hijos. Cuando les preguntamos: «¿cómo te fue en el cole?», «¿qué tal el examen», «¿te recibieron el trabajo?» no deberíamos conformarnos con respuestas como: «bien,mamá», «pasé» o «cool». Tal vez ellos necesitan un poco más de nuestra ayuda –de la que quieren admitir– para resolver en casa sus tareas escolares.
LA INFLUENCIA DEL ENTORNO
Es importante comprender que todo lo que ocurre en torno a nuestros hijos influye en su vida académica. «Si en casa existe alguna situación delicada que afecte el núcleo familiar –como la muerte o enfermedad de una persona cercana, abandono de alguno de los padres, divorcio, mala relación con la nueva pareja del padre o de la madre, celos por un hermano u otra– esta podría afectar su rendimiento escolar», señala Andrés Baltazar de Asesorías Educativas MAFIS.
De igual manera, advierte Alonso Guerrero, de Sácate un 20, influyen las relaciones con los amigos y compañeros de clases. «Si la relación es de exclusión y abuso (violencia social), puede provocar desinterés y aburrimiento».
Otro factor que también tendría que ver en un bajo rendimiento escolar es tener un mal ambiente de estudio. En el colegio, aulas saturadas de alumnos; en casa, ambientes ruidosos, con muchos elementos distractores y con iluminación deficiente.
Estemos atentas y enteradas de lo que ocurre en la vida de nuestros hijos: en casa, en el colegio y con sus amigos. Conversa con ellos, escúchalos y demuestra genuino interés. La comunicación dentro de la familia garantiza una solución rápida y preventiva.
TAREA PARA TI Y PARA ELLOS
Enséñales a tus hijos a establecer sus propios planes de estudio, que deben basarse en una buena organización del tiempo disponible. Un buen plan les permitirá tener un control de su tiempo, aprender hábitos adecuados y ser perseverantes. Andrés Baltazar sugiere seguir estos pasos:
- Define cuáles son las actividades diarias que deben realizar sistemáticamente. Podrían hacer juntos un calendario semanal en donde se detalle los horarios de cada actividad.
- Establece prioridades. Trabajen primero en las tareas más importantes y no permitas excusas vagas para postergar el momento de empezar, como: ordenar papeles, ver una película, etcétera.
- Definan metas. Si ellos tienen un material que estudiar, divídelo en partes según el tiempo del que dispongan. Estas metas parciales deben ser realistas y alcanzables.
- Ayúdalos a manejar sus responsabilidades y estimar el esfuerzo que demanda cumplir con cada obligación.
- Controla diariamente el avance de las tareas del plan.
- Celebra sus logros. No hay nada más gratificante para los hijos que ver sus esfuerzos reconocidos, valorados y celebrados. «Muchos padres solo nos dedicamos a exigir, pero no somos capaces de reconocer las metas cumplidas por los hijos, deberíamos verlo como un yo-yo: ‘jalar y soltar’».
AYUDA EXTERNA: EL ASESOR
«Se suele recurrir a una asesoría personalizada cuando se presentan problemas específicos en algún curso, pero también cuando se trata de problemas integrales de adaptación a la vida escolar
–bajo desempeño escolar relacionado con el conjunto de deberes y exigencias que supone la asistencia a la escuela–, en cuyo caso se sugiere recurrir a tutorías de profesionales en pedagogía y psicología», refiere Alonso Guerrero.
Fuente: Andrés Baltazar, Gerente General de Asesorías Educativas MAFIS. 988166398/ www.facebook.com/ asesoriasmafis Alonso Guerrero, Jefe de Selección y Desarrollo de Sácate un 20. 6000451 / 6000 456 / www.sacateun20.pe