Luego de años de vivir con la etiqueta de ‘amante’ y el rechazo del pueblo inglés, este viernes Camila, esposa del ahora rey Carlos III, recibió el título de reina consorte, tras la muerte de la reina Isabel II. Sin embargo, ahora más que nunca, Inglaterra y el resto del mundo no hace más que extrañar a la recordada “princesa del pueblo”: Lady Di.
16 años de matrimonio no han sido suficientes para que Camila se gane el cariño de su pueblo, pues su designación como reina consorte no pudo parar el odio masivo que empezó a recibir años atrás, luego de que se descubriera que fue la ‘tercera en discordia’ en el deteriorado matrimonio entre Carlos y Diana.
En esta nota, recordamos los detalles de los primeros años de Camila y su polémica relación con el ahora rey Carlos III.
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Los años antes de Carlos
Hija del comandante oficial del ejército británico, Bruce Shand y la aristócrata Rosalind Cubitt, Camila nació en Londres un 17 de julio de 1947. Su primera infancia la vivió en la campiña de Sussex, al frente del hipódromo de Plumpton, donde desarrolló un amor por los caballos. Posteriormente, culminó sus estudios en Suiza y se especializó en Literatura Francesa en la Universidad de Londres en París.
Camila provenía de una familia acomodada, por lo que se codeaba con la alta sociedad desde su juventud. Es así como en 1970 y con 23 años de edad, conoce a Carlos durante un partido de polo en el parque real Windsor Great Park.
Rápidamente, desarrollaron una profunda amistad que luego se convertiría en amor. Sin embargo, las diferencias de religión y estilo de vida de Camila no la hacían una buena candidata a princesa, por lo que cansada de esperar a que Carlos defienda su amor y formalice con ella, Camila intentó rehacer su vida casándose con Andrew Parker Bowles, con quien llegó a tener dos hijos, Thomas y Laura.
Un sombrío triángulo amoroso
Para Carlos, Camila siempre fue y será su único amor: compartían el mismo sentido del humor y les apasionaban las mismas cosas. Sin embargo, esta historia de amor se vio ensombrecida por el arraigado afecto de la población británica hacia Diana.
Aunque Carlos se casó con Diana en 1981, no era un secreto que continuaba enamorado de Camila. Por lo que dos años después de su divorcio con Diana en 1992, Carlos por fin admitió que mantuvo una relación clandestina con Camila a espaldas de su esposa.
Luego de unos meses tras la revelación, Camila se separa de Andrew y, al año siguiente, Carlos hace lo mismo con Diana. Es así como la controversial pareja decide retomar su relación y hacerla pública. Sin embargo, tras la misteriosa y trágica muerte de Lady Di en aquel accidente automovilístico en 1997, Carlos y Camila ganaron aún más el rechazo de la opinión pública.
Lady Di, la princesa del pueblo
A pesar de que han pasado 25 años desde la muerte de la princesa Diana, su recuerdo se mantiene vigente. Nacida el 1 de julio de 1961, Diana formó parte de la realeza al ser hija de Jhon Spencer, VIII conde de Spencer y de Frances Roche.
Tras el divorcio de sus padres durante su niñez, Diana se vio fuertemente afectada. No destacaba en el ámbito académico, pero sí tenía talento para la música, la danza y los deportes.
Al cumplir los 17 años, decide independizarse y mudarse a Londres, donde compartió casa con compañeros y tuvo trabajos mal pagados como camarera y niñera. Tres años después, Diana aceptaría casarse con Carlos, convirtiéndose en princesa de Gales.
Aunque su faceta como princesa fue breve, es recordada por su tierna y sencilla y personalidad; además de la admirable labor humanitaria que realizó durante su periodo. Del matrimonio, nacieron Guillermo y Enrique, quienes solo tienen recuerdos de su infancia junto a su madre.
La ardua tarea de Camila
Camila emprendió numerosas campañas para limpiar su imagen y ganarse la aprobación de la familia real. Es así como en el 2005 recibe la bendición de la reina Isabel II, casándose con Carlos en el Ayuntamiento de Windsor. A partir de entonces, Camila se destacó por su labor humanitaria en torno a la concientización sobre enfermedad degenerativas, abuso doméstico, violencia sexual, entre otros temas.
Con el pasar de los años, Guillermo, Enrique y el resto de la familia real la aceptaron como la nueva esposa de Carlos y duquesa de Cornualles. Sin embargo, la opinión pública se muestra reticente y prefiere mantener vivo el recuerdo de una efímera princesa Diana, dejando a la sombra a una Camila recién coronada reina consorte de Inglaterra.
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