Maritza Noriega
- No se reflexiona sobre los errores. No hay que dejar pasar los errores, hay que analizarlos, no para castigarlos, sino para conocer las consecuencias de nuestros actos y mejorar.
- Ayudarlos en todo momento. Impedir que los chicos desarrollen sus propios mecanismos para resolver problemas los hace dependientes.
- No practicar las enseñanzas. Cualquier enseñanza que se dé, debe ser cumplida, tanto por los adultos como por los niños. De lo contrario, no se le dará importancia.
- No diferenciar la madurez del talento, inteligencia e influencia. No todas las persona exitosas o populares son maduras o modelos a seguir. Hay que comprender esa diferencia.
- Recompensar cada logro. Los logros deben ser reconocidos, pero sin exageraciones. Cada pequeña cosa no puede tener una recompensa, es parte de la forma debida de actuar.
- Dejarlos ser siempre el centro de atención. Los niños deben aprender que el mundo no gira alrededor de ellos, hay otras personas y otros asuntos que merecen nuestra atención.
- Sobreprotegerlos. Todos deben ganar independencia poco a poco para desarrollar la personalidad y las fortalezas.
Para conocer más sobre las habilidades de liderazgo en niños, no te pierdas la nota en nuestra edición impresa este domingo 30 de noviembre.