Fernando Bakovic nos cuenta su maravillosa experiencia por Puno
Fernando Bakovic nos cuenta su maravillosa experiencia por Puno
Redacción EC

“Hace poco tiempo viajé a Puno y Juliaca. Si no era por trabajo nunca se me hubiera ocurrido ir, por considerar que la altura y el frío podrían jugarme una mala pasada, pero grande fue mi sorpresa al llegar y hallar una ciudad pequeña, de encanto especial, al que si vas preparado, es casi imposible que el soroche te afecte.

De Puno siempre voy a recordar la gentileza de su gente, la comida, a base de caldos de cabeza, trucha frita y chicharrón de alpaca, una maravilla…y lo mejor, eso que me dejó profundamente impresionado, los paisajes y postales del hermoso lago Titicaca. Para llegar ahí tienes que embarcarte en el puerto de Puno. Sus mágicas aguas aguardan con las islas flotantes de Los Uros, a tan solo 6 km de distancia.  El trayecto es alucinante, vas en una balsa de totora, mientras de paso te deleitas con historias que cuentan los pobladores y al llegar a la isla, no dejas de seguir sorprendiéndote al ver tantas casitas y más balsas hechas todas de totora por la comunidad que vive ahí, ¡cuánta destreza! Este es sin duda un circuito de lujo que ahora puedo recomendar con toda sinceridad al visitar Puno. Si cuentan con más tiempo para dedicarle a su visita por esta ciudad, también pueden aprovechar para conocer las Chulpas de Sillustani. Se hace un viaje de más o menos 40 minutos que realmente vale la pena. Al llegar, van a conocer unas enormes torres funerarias incas y deleitarse con el paisaje de los alrededores que están acompañados por una laguna tranquila y preciosa. Vayan a Puno, no se arrepentirán”.

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