Aniversario de Lima: un recorrido por los rincones que inspiraron a célebres escritores

Bares, iglesias y calles de la capital han sido parte de las historias que reconocidos autores plasmaron en sus libros. Gabriel Rimachi Sialer, escritor y director de Casatomada Librería & Café, cuenta que la ermita de Barranco, ubicada a unos pasos del Puente de los Suspiros, tiene un lugar privilegiado en la literatura nacional. “Aparece junto a otros escenarios barranquinos en obras de Abraham Valdelomar (cuya casa se halla a pocos metros de esta), así como de Manuel González Prada, José María Eguren, Juan Gonzalo Rose, Julio Ramón Ribeyro y Martín Adán. Este último es autor de “La casa de cartón”, la novela más emblemática dedicada a Barranco”, afirma. La ermita, construida en el siglo XVIII, permanece cerrada a la fecha. Sin embargo, algunos fines de semana, se organizan proyecciones de películas, shows musicales y ferias en los exteriores.

Con apenas tres cuadras, la calle sanisidrina de Guillermo Marconi es una de las locaciones principales de “No me esperen en abril”, de Alfredo Bryce Echenique. “En la novela, la amistad y nostalgia son la bandera de la juventud. Es una historia inolvidable sobre el descubrimiento del mundo de un grupo de chicos y chicas que vivían en el barrio Marconi”, señala Rimachi Sialer. Además, la vía está cerca del Country Club: el bar referencial en la obra del gran escritor peruano y cuya imagen fue portada del clásico hispanoamericano “Un mundo para Julius”.

-Aires franceses-

En la esquina del jirón de la Unión con la avenida Emancipación, en el Centro de Lima, el monumental edificio que hoy alberga a una de las tiendas de la cadena Ripley inspiró a Abraham Valdelomar. “El Perú es Lima, Lima es el jirón de La Unión, el jirón de La Unión es el Palais Concert y el Palais Concert soy yo”, es una de sus frases más conocidas. En 1913 fue diseñado por el ingeniero francés Gustave Eiffel, y allí funcionó una cafetería, una confitería y uno de los primeros cines limeños. Así, constituyó un lugar de encuentro de artistas y políticos de la época. “Con los años entró en decadencia y en el sótano se instaló la discoteca Cerebro. Luego, fue adquirido por Ripley, empresa que se hizo cargo de la restauración”, señala Gabriel Rimachi.

Un sitio que continúa vigente es el Bar Zela. Mario Vargas Llosa lo menciona en la primera página de “Conversación en la Catedral”. “Luego de preguntarse en qué momento se jodió el Perú, Santiago Zavala se encuentra con Norwin en este bar ubicado frente a la Plaza San Martín”, recuerda Gabriel Rimachi. El pub posee una rocola con títulos roqueros de artistas legendarios. Allí, una ‘res’ de pisco vale S/100; los cocteles, desde S/18.

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El bar La Catedral

En estado de abandono se encuentra el local de la avenida Alfonso Ugarte 206, Cercado de Lima. “Ese lugar albergó al bar La Catedral, donde un joven Mario Vargas Llosa concibió aquella joya de la literatura que tituló “Conversación en La Catedral”, y que es una de las novelas capitales para entender al Perú de entonces [el ochenio de Odría]”, indica Gabriel Rimachi Sialer.

Otros pubs

Autores como Blanca Varela y Oswaldo Reynoso acudían a El Negro Negro. Hoy se llama De Grot Bar y ofrece shows gratuitos de rock peruano y alternativo. En la avenida Nicolás de Pierola 955, Cercado.