(Foto: Instagram)
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Redacción EC

Alba Díaz es una wedding planner española que organiza aproximadamente 30 al año. Es una experta en la materia. Por esta razón, cuando se comprometió con su novio de 11 años de relación, sabía que podía planificar una ceremonia distinta, única. Cuidó cada detalle: el lugar, la decoración, las flores, el vestido, la comida. Todo. Pero a pocos días de dar el sí, España entró en cuarentena para frenar la pandemia de . La cancelación era inminente.

La española no lo podía creer, pero entendía el estado de emergencia que vivía su país. Junto a Daniel, su novio, trataban de comunicar a todos sus familiares y amigos- eran 190 invitados- que la boda se cancelaba, justo cuando ya habían hecho toda la inversión e instalación. Incluso, gran parte de su entorno ya había llegada a España desde el extranjero.

La historia parecía tener un final triste, pero esto cambio cuando Daniel se animó a preguntarle a Alba: “¿y si nos casamos por la ventana?" Al principio ella lo rechazó, pero después con ayuda de amigos que le escribían por un grupo de Whatsapp ella terminó aceptando la idea con una sonrisa.

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Mañana era nuestra boda, un año preparándola y mucho tiempo soñándola. Hoy hemos tomado la decisión más dolorosa de nuestra vida. Con todo preparado y decorado, cocinas, flores y producto ya en el espacio hemos tenido que cancelarla. Hace 15 días empezábamos el montaje muy emocionados sin pensar en ningún momento que esto acabaría de este modo, sin duda el montaje más espectacular que hemos hecho jamás. En las últimas 24 horas más surrealistas de nuestro pequeño mundo no nos hemos podido sentir más arropados, estamos tremendamente agradecidos, en primer lugar con nuestras familias que se han dejado los cuernos por ayudarnos. Con los proveedores y amigos que hemos elegido, que nos han demostrado su apoyo y lealtad a cada momento, llegando a hacer un trabajo impecable. A nuestros amigos, embarcados con nosotros en cada decisión. Todos sabéis lo que cuesta hacer una boda, en tiempo, esfuerzo y dinero. No os vamos a engañar, estamos muy tristes pero mañana Danielo y yo seguimos cumpliendo 11 años uno al lado del otro y lo celebraremos en nuestra casa, con nuestra perra y queriéndonos infinito. Os hemos sentido con nosotros a todos, a los proveedores que participabais en nuestra boda e incluso a los que no, demostrándonos mucho cariño y respeto. Gracias a María y a Lolin por demostrarnos las personas increíbles que son. Estamos muy desbordados pero muy agradecidos, gracias, de corazón ❤️

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A la locura de amor se unió su vecino de al lado, quien fue el encargado de oficiar la ceremonia. La pareja salió por su ventana, y aunque no estaban vestidos para la ocasión, se daban el sí ante una gran cantidad de curiosos que veían por sus balcones. No había camarógrafos, pero sí una vecina que desde lo alto captaba cada detalle de la singular boda. La novia lanzó el ramo y los aplausos empezaron a sonar.

Será una ceremonia difícil de olvidar, sobre todo, para Alba y Daniel. Un matrimonio que se hizo realidad desde la ventana de su casa.

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Pues al final sí que hubo boda! Gracias vecinos y amigos!

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