Cada vez más personas buscan nuevas formas de viajar y sumergirse en diferentes culturas sin tener que gastar grandes sumas de dinero en alojamiento. Una alternativa en crecimiento es el house sitting, una práctica que permite a los viajeros hospedarse en casas de otras personas mientras cuidan de sus queridas mascotas.
El house sitting es un concepto sencillo pero beneficioso tanto para los viajeros como para los propietarios de las viviendas. Los dueños, que pueden estar ausentes por períodos cortos o prolongados, buscan a personas de confianza para que se ocupen de sus mascotas y mantengan su hogar en buen estado durante su ausencia. A cambio, los house sitters disfrutan de alojamiento gratuito en una ubicación interesante y, a menudo, acompañados de compañeros peludos.
Una de las principales ventajas del house sitting es la posibilidad de vivir como un local. En lugar de hospedarse en hoteles turísticos, los house sitters se convierten en residentes temporales de una comunidad, lo que les permite experimentar el auténtico estilo de vida del lugar. Además, al convivir con mascotas, se establece una conexión especial con el entorno y se tiene la oportunidad de conocer parques, senderos y otras áreas locales que tal vez se pasarían por alto de otra manera.
Otro aspecto atractivo de esta experiencia es el ahorro económico. Los costos de alojamiento suelen ser una parte importante del presupuesto de viaje, pero con el house sitting, esta preocupación desaparece. Los viajeros pueden destinar su dinero a otras experiencias, como probar la gastronomía local, visitar atracciones turísticas o realizar actividades de ocio.
Sin embargo, el house sitting también conlleva responsabilidades. Los house sitters deben asegurarse de que las mascotas estén bien cuidadas y felices, lo que incluye proporcionarles alimentación adecuada, ejercicio, atención y cariño. También deben mantener la casa en orden, respetando las instrucciones y hábitos de los propietarios.
La confianza es fundamental en esta práctica. Tanto los propietarios como los house sitters deben establecer una comunicación clara y honesta antes del intercambio. Los propietarios deben sentirse cómodos al dejar sus mascotas y hogares en manos de los house sitters, mientras que los house sitters deben cumplir con las expectativas y requisitos establecidos.
En la actualidad, existen varias plataformas en línea que conectan a propietarios y house sitters interesados en esta modalidad de intercambio. Estas plataformas facilitan el proceso de búsqueda, permitiendo a los usuarios filtrar por ubicación, fechas y preferencias de mascotas. Además, suelen contar con sistemas de verificación y reseñas para proporcionar una mayor tranquilidad a ambas partes.
¿Cómo hacerlo?
Para empezar a buscar dónde quedarte, primero debes crear un perfil en las páginas web que brindan este servicio: Nomador, Trusted housesitter, Happy Housesitters, Housesitters America o Mindmyhouse. Algunas piden antecedentes penales, una carta de referencia de tu empleador actual y un documento que confirme tu dirección de domicilio.
Ya registrado, accede a los avisos. Presta atención a la ubicación y características de la propiedad, al tiempo que estará disponible y al tipo de labores domésticas que solicitan al visitante. También, asegúrate de que la zona cuente con una red de transporte que te facilite movilizarte. Si la residencia te convence y tú cumples con los requerimientos del anunciante, envía un mensaje.
Por último, ¡disfruta tu viaje! Si buscas una forma única de explorar el mundo, el house sitting puede ser la opción perfecta para ti.
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