Televisa cumple 50 años fabricando sueños, creando estrellas y producciones que han trascendido en el tiempo. Los estudios San Ángel, ubicados en la Ciudad de México, no son el ‘Colegio Hogwarts’ ni la academia ‘Nevermore’, pero son locaciones en las que se enseña y se hace “magia”. Sus telenovelas, en las que abundan las emociones lacrimosas, tienen como base “contar un sueño”, asegura el actor y productor mexicano Arturo Lorca. “Buscamos que la gente que llega cansada a su casa, prenda la ‘tele’ y empiece a soñar”, añade.
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Los melodramas producidos por esta poderosa empresa de comunicaciones que inició oficialmente sus operaciones el 8 de enero de 1973 al fusionarse Televisión Independiente de México y Telesistema Mexicano, tuvieron gran impacto en el Perú.
Telenovelas como “Viviana” (1978), “Los ricos también lloran” (1979), “Colorina” (1980), “Cuna de lobos” (1986), “La Indomable” (1987), “Quinceañera” (1987), “El pecado de Oyuki” (1988). “Dos mujeres, un camino” (1993), “Carita de Ángel” (2000) o la trilogía de las Marías arrasaron en sintonía en la señal abierta. Se enquistaron en los hogares peruanos creando un espacio ideal de encuentro familiar. En aquel entonces, ver una telenovela era una gran opción para unir a la familia y propiciar la interacción.
¿Quién no recuerda a la humilde, valiente y ‘achorada’ ‘Mariana’ (Verónica Castro) de “Los ricos también lloran” o a la dulce ‘Maricruz’ interpretando: “Ahora despierta la mujer que en mí dormía” en “Quinceañera”? Pese al paso del tiempo, ficciones como estas se han mantenido vigentes en la memoria colectiva de los peruanos, y a través de sus repeticiones siguen conquistando nuevos públicos.
Arturo Lorca asegura que este poder de recordación y permanencia en el tiempo de los melodramas de Televisa responde al gran trabajo de producción que hay detrás.
“Cuando las historias funcionaban como radionovelas, las llevaban a la televisión. Era una forma de asegurar el éxito y de que sea un ‘cañonazo’ en la pantalla chica. Contarlas como si se tratase de un sueño también es determinante”, destaca el artista mexicano.
Reconocida creativa
Por su parte, Carla Estrada, la primera mujer productora de telenovelas de Televisa y una de las más importantes de América Latina, considera que sus ficciones funcionan en países como Perú porque van más allá del simple entretenimiento. Su primera telenovela fue “Pobre juventud”, y su primera gran producción fue “Amor de nadie”, protagonizada por Lucía Méndez. También ha estado al frente de las telenovelas “Amor en silencio”, “Los parientes pobres”, “Quinceañera”, “El privilegio de amar”, “Los parientes pobres”, “Alborada”, entre otras.
“Para mí lo más importante en una telenovela es el contenido, que tenga muchísimo potencial, que sirva de apoyo, ayuda e información a la sociedad. Además de entretener y divertir a la gente hay que darle información y hacer campañas de solidaridad con el pueblo para que seamos mejores personas. También es importante que la telenovela tenga credibilidad”, manifiesta la creativa mexicana.
Recuerda, además, que su primer gran éxito como productora fue “Quinceañera”, telenovela que tuvo como protagonistas a Adela Noriega, Ernesto Laguardia, Thalía y Rafael Rojas.
“Esa telenovela tiene mucho de mí, le tengo un cariño especial. El uniforme que ‘Maricruz’, ‘Beatriz’ y las otras niñas utilizaron era el de mi colegio de primaria. Además, pasó algo muy interesante con esta producción, a todos los actores les fue muy bien, brillaron, trascendieron, en algún momento llegaron a ser protagonistas o antagonistas de otras producciones”, señala.
Estrada también estuvo al frente de “Amor de nadie” (1990), la última telenovela que protagonizó Lucía Méndez en Televisa, hasta su retorno en 2007. “Fue todo muy complicado porque fue la primera novela donde se trató el sida. Lo hicimos de una manera muy digna, rompió paradigmas, fue padre, diferente, y Lucía hizo un trabajo increíble”, asiente.
Contratos de exclusividad
En 2015, Televisa decidió recortar contratos de exclusividad que otorgó desde principios de la década de los 70 a algunos de sus protagonistas. Esto consistía en un pago mensual extra a cambio de que trabajaran solo para la televisora y estuvieran disponibles para lo que fueran requeridos, ya sea para participar en una telenovela, en un programa unitario, especiales, shows, concursos o eventos.
Al respecto, Carla señala que el tema de exclusividad de los actores nació durante el auge de las telenovelas de Televisa, y esto sirvió para evitar que la competencia se lleve a sus estrellas.
“Fue una etapa interesante, en Televisa había mucho talento que se querían robar, había gente muy talentosa que se formó con nosotros y no era dable que se vayan”, explica.
Finalmente, destaca que en Televisa encontró la oportunidad para crecer profesionalmente y se siente agradecida por ello.
“No puedo contar la historia de mi vida sin mencionar a Televisa y Televisa tampoco puede contar su historia sin mencionarme a mí. Hemos hecho binomios profesionales y también personales muy importantes. Me han apoyado al cien por ciento en los momentos más difíciles de mi vida. Estando en esta empresa me casé, tuve a mi hijo, me divorcié y me volví a casar. Me han dado la oportunidad de hacer lo que me gusta y de desarrollarme profesionalmente”, asegura.
Historia de éxito
Hace 46 años, Arturo Lorca cambió el teatro por la televisión. Ingresó a Televisa como actor y algunos años después, de la mano de los más destacados creativos de la empresa mexicana incursionó en la producción. Actualmente se desempeña como productor asociado.
“Con la primera persona que trabajé en Televisa fue con Valentin Pimstein, durante nueve años. Hicimos telenovelas muy importantes como ‘Los ricos también lloran’, ‘Soledad’, ‘El hogar que yo robé' y muchas otras más. Fueron como 40. Y desde hace 37 años trabajo con la productora Carla Estrada. Las telenovelas más sintonizadas, las que han hecho historia las hizo ella. No por gusto le dicen: ‘La reina de las telenovelas’”, comenta. “Telenovelas como ‘Más allá del puente’ y ‘Amor de nadie’ son clásicos, y otras como ’Amor real’ son verdaderas joyas”, añade.
Asimismo, considera que el éxito de los culebrones de esta empresa mexicana está relacionado a la “magia” y al sentimiento que le imprime el productor y no precisamente a una inversión millonaria.
“Cuando comenzamos a hacer telenovelas grabábamos en foros porque no había locaciones, cuando el actor cerraba la puerta, la pared y los cuadros se movían. A mí me encantaba eso porque soy bien teatral. Después se fue perfeccionando todo, se fueron haciendo escenografías mucho más importantes, que le dieron mayor credibilidad a las producciones, pero más que nada lo que hay es magia”, destaca.
“Al principio los actores tenían que traer su propia ropa, se hizo con un contrato con ellos llamado Carta vestuario. Actualmente todo ha cambiado, hay un área de vestuario increíble”, aclara.
Secretos de telenovelas
Lorca guarda en su memoria innumerables anécdotas de las producciones de Televisa. Revela el porqué Valentín Pimstein cambió drásticamente el final de “Vanessa” (1982) telenovela protagonizada por Lucía Méndez.
“Lucía no estaba de acuerdo con el final original, no le gustaba, no quiso hacerlo; ante esa actitud, Valentín le dio unos días para que lo pensara, pero igual ella seguía con su negativa. Luego Valentín solucionó el problema matando al personaje. Cuando Lucía regresó, ya no pudo hacer nada”, cuenta.
“También atravesamos por momentos complicados en ‘Colorina’. Al gobierno le pareció fuertísima la historia porque había un centro nocturno en el que trabajaban ‘Colorina’ (Lucía Méndez) y ‘Rita’, dijeron que era un prostíbulo, y nos pidieron que se cambie de canal y horario. Igual funcionó, poco tiempo después volvió a su horario original”, asiente.
Televisa del Perú
Jorge Salmón, periodista, empresario y expolítico peruano, tiene una increíble historia que lo vincula estrechamente con el nombre de la empresa mexicana líder de producción de contenido audiovisual.
“En 1981 se constituye Televisa del Perú, inicialmente con tres socios: Nicanor Gonzales, Mauricio Arbulú y Jorge Salmon. Los dos primeros exdueños de Canal 4 y yo, propietario de una importante agencia de publicidad de entonces. Con los años Televisa del Perú desarrolló propuestas de comunicación - incluyendo un noticiero televisivo- La empresa caminaba con interesantes posibilidades hasta que llegó un caballero mexicano que en nombre de Emilio Azcárraga de la poderosa Televisa de México ofrecía comprar la marca peruana, dado que era el Perú uno de los pocos países donde su nombre no estaba registrado”, describe Salmón.
“Fue en la isla Cozumel (en México) donde se celebró la transferencia de la famosa marca. A cambio recibimos unos miles de dólares nada desdeñables. En todo caso fue el mejor negoció de mi vida, simplemente gracias a la creación de una marca”, remarca.
Escuela de talentos
En 1978, Televisa inauguró el Centro de Educación Artística (CEA), en el que imparten clases de actuación con un enfoque integral, con el objetivo de que los estudiantes tengan la personalidad y capacidad adecuadas para interpretar papeles protagónicos en los diferentes medios de producción de la empresa mexicana. Actores peruanos como la actriz Mariel Ocampo, recordada por su participación en “Mil Oficios”, estudió en esta escuela.
La herencia sobrevive
La nostalgia por las producciones de Televisa también hace parte del público más joven. La ‘generacion Z’ encontró un espacio de convivencia familiar sentándose frente la televisión junto a sus padres o abuelos, lo que además generó una complicidad mutua, sea discutiendo el proceder de los personajes o simplemente disfrutando la programación.
Es así como “La Usurpadora”, “Rubí”, “María Mercedes” y otras novelas de gran popularidad, han llegado a las redes sociales para formar parte de la cultura popular de las nuevas generaciones. Entre los formatos más viralizados se encuentran los videos cortos que rememoran los momentos más dramáticos de una teleserie que se publican en plataformas como TikTok e Instagram.
Otra de las manifestaciones más curiosas, es el uso de memes o stickers en las conversaciones de WhatsApp, donde se emplean personajes icónicos de la televisión mexicana, como Soraya Montenegro (“La Usurpadora”, 1998) y su icónica frase “¡Maldita Lisiada!”, o Teresa Chavez (“Teresa”, 2010) con su motivador discurso, “Entre ser y no ser, yo soy”. Estos usos están entre la línea de la burla y la ironía, pero no dejan de ser imágenes de actrices reconocidas y queridas por las jóvenes audiencias.
Actores peruanos
Patricia Pereyra (Actriz)
“Mientras se grababa ‘Carmín ‘en la casa Dasso de Barranco, llegó nuestro querido actor Ricardo Blume con el señor Valentín Pimstein, quien era productor de Televisa y me invitó a participar como hija de Angelica Aragón y Rogelio Guerra en la telenovela ‘Vivir un poco’, en 1985. Ricardo Blume me ayudó a convencer a mis papás de hacer el viaje y también me presentó a sus amigos y familiares cercanos. Además me dio clases de actuación y me regaló varios libros de teatro. Tanto él como su esposa Silvia fueron muy generosos conmigo″, recuerda agradecida.
Mira en el siguiente a Patricia Pereyra interpretando a Atenas Merisa Obregón. Aparece en 2:36 minutos.
Eduardo Adrianzén (Guionista)
“Conocí al productor Valentín Pimstein cuando vino al Perú por unos trabajos, era un hombre muy simpático. Ernesto Alonso y él produjeron los grandes clásicos que le dieron prestigio a Televisa y todas esas ventas impresionantes. Venden a todo el mundo, es una industria soberbia. También tuvieron nexos con Perú, con América TV hicieron siete telenovelas con artistas peruanos y extranjeros. Crearon un buen producto utilizando una maquinaria muy buena, bajo ciertos parámetros que implicaron altos costos, pagaban muy bien a sus actores”, destaca.
Ismael La Rosa (Actor y presentador de TV)
“Llegué con Mirna a Televisa a través de Fonovideo, que empezó a producir desde Miami para ellos. Actué en ‘El amor no tiene precio’, ‘Inocente de ti’ y después en ‘Las dos caras de Ana’. En esta última telenovela volví a ser pareja de Alexandra Graña (fueron pareja en ‘La rica Vicky’). Y el año pasado trabajé para Televisa Univisión, pero no en ficción sino en un ‘reality’ llamado ‘Inseparables, amor al límite’”, narra. “Creo que Televisa es la fábrica de contenido más grande y más vista en el mundo entero, ha creado grandes estrellas”, finaliza.
Mariel Ocampo (Actriz)
“Cuando llegué a México estudié en el Centro de Educación Artística (CEA) que funciona en Televisa, estando ahí me dieron la oportunidad de trabajar en la telenovela “Hasta que el dinero nos separe”. Fue la primera ficción que hice con Emilio Larrosa. De hecho es una gran ventaja estudiar en el CEA, porque tienes la posibilidad de que te vean; pero no es fácil ingresar, hay filtros, tienes que hacer una audición en la que seleccionan a 500 participantes, luego escogen para grupos de 20. Y dentro de la escuela está la Miss Panamá, la Miss Puerto Rico, chicas guapísimas, hay mucha exigencia”, detalla tras señalar que también integró el elenco de actores de “Citas a ciegas”, “Ringo” y “María Félix, La Doña”.