“Ta ta ta ta táaaaaaaaaaaa”. Es imposible no asociar este ruido de reprimenda con la cara y el tamaño de Rubén Aguirre, uno de los actores más queridos por todos aquellos que hemos crecido viendo “El chavo del 8”. Es decir, por varias generaciones que tienen, como uno de sus puntos en común más claros, este fenómeno televisivo es único en la historia de América Latina.
El querido Profesor Jirafales, uno de los personajes inolvidables de la vecindad, cumple hoy 80 años. Pero su rostro sigue siendo aquel que, en los años setenta, compuso a ese docente que quería ser severo sin conseguirlo, y que vivía ese romance platónico con Doña Florinda.
Ingeniero agrónomo de profesión, la actuación pudo más y Aguirre se dedicó enteramente a eso: primero en Monterrey, y después en México D.F. En esa ciudad, se puede poner en contacto con Roberto Gómez Bolaños, conocido como ‘Chespirito’, para formar parte de su ‘troupe’ cómica. Es así que ingresa al reparto de “Los supergenios de la mesa cuadrada” (1968), que es el embrión de “El chavo del 8”. A los pocos años, ese programa se vuelve un fenómeno total, tanto en México como en Latinoamérica, y la popularidad de Aguirre sube como la espuma.
AL MAESTRO CON CARIÑO
El actor interpretó al Profesor Jirafales, el maestro de la escuela a donde asisten los niños que viven en la vecindad. Burlado por los propios chicos y enamorado de Doña Florinda, el ‘maestro Longaniza’, como es llamado por el Chavo y su pandilla, se convirtió en uno de los más queridos por aquellos que siguieron (y siguen) la serie.
Pero sería injusto no recordar otros roles que el actor interpretó al lado de Gómez Bolaños, y que han pasado al recuerdo de muchos. El mítico Lucas Tañeda, por ejemplo, compañero inseparable de Chaparrón Bonaparte y uno de los chiflados más graciosos que se recuerde. O el sargento Refugio, quien vivía enamorado de Maruja y paraba en el hotel donde trabajaban el Chompiras y el Botija. Y es imposible no recordarlo en esos pequeños roles de malhechor como el Matonsísimo Kid o Rufino Rufián, enemigos formidables de El Chapulín Colorado.
Aguirre acompañó a Chespirito también en sus proyectos cinematográficos, como “El chanfle”, “Don Ratón y don Ratero” o “Música de viento”. Y, tiempo después, comenzó a hacer giras en solitario con su circo, que lo llevaron a casi todos los países de Latinoamérica, incluido el Perú.
El 2013, tras 46 años de carrera artística, Rubén Aguirre anunció su retiro de los escenarios. Hoy, que cumple 80 años, solo queda recordar lo que hizo y decirle gracias.