Previamente, en la historia jamás contada de “Casado con mi hermano”: Luego del éxito de “Natacha” (1990) el productor y entonces gerente general de Panamericana Televisión, Humberto Polar Delgado, decidió canalizar su amor por las comedias de situaciones (‘sitcom’) estadounidenses para crear una serie de este tipo hecha en el Perú. Para su proyecto convocó a actores con los que trabajó en la anterior telenovela como Gloria Klein, Paul Martin y Leonardo Torres Vilar. Fue mediante este último que contactó también con Los Leopoldos, unos grupo de jóvenes creativos de la Universidad de Lima al que pertenecía el propio Torres, quienes terminaron impresionándolo bastante con sus dotes cómicas como para encargarles la realización de los guiones de su serie. Con un piloto exitoso y el proyecto en marcha para emitirse los lunes, miércoles y viernes, los altos directivos del canal les piden producir una segunda ‘sitcom’ para los martes y jueves.
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“Casado con mi hermano” se estrenó el 12 de octubre de 1992. Y si bien tuvo un recibimiento tibio por la crítica especializada de la época, la ‘sitcom’ peruana pronto ganó la preferencia del público peruano, en particular entre los adolescentes y preadolescentes, alcanzando los 30 puntos de ráting. “Muchos chicos que tenían entre 7 y 15 años encontraban en esta serie una alternativa al humor”, afirma a El Comercio el actor Paul Martin, quien interpretó a Waldo en el show.
LA FÓRMULA GANADORA
Hacer comedia es un asunto serio y más aún una ‘sitcom’, un formato que esta diseñado para tener, en el mejor de los casos, una duración indefinida. Es por eso que el éxito de “Casado con mi hermano”, en la que tantos miembros del equipo de producción de TeleTaller incursionaban por primera vez en el género, es tan admirable.
Durante las conversaciones que tuvo este diario con los actores, guionistas y el productor de la serie, tres factores destacaron como las razones del éxito de la serie. El primero, la novedad de ser un ‘sitcom’, un formato poco explorado en la televisión nacional. El segundo, los guiones escritos por Los Leopoldos, en particular Pablo Guerra y Gigio Aranda, quienes ayudados por una sólida premisa se volvieron más y más creativos a lo largo de la producción. Finalmente, la buena química del elenco conformado por Leonardo Torres Vilar, Gloria Klein, Paul Martin y Maritza Picasso, así como el resto del equipo de la producción, que hacían que el grabar los capítulos no solo fuera un trabajo. “El elenco estaba pintado”, sostiene el creador de la serie, Humberto Polar Delgado.
“Yo iba a grabar y para mí era ir a divertirme”, recuerda a su vez Gloria Klein, quien interpretaba a Annie. “Era pasarla bonito, reírme, compartir con mis amigos y mis compañeros de trabajo. Me sentía súper bien.”
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JUNTOS MEJOR
La importancia de los personajes respecto al éxito de un ‘sitcom’ no puede ser sobreestimada. “Seinfeld”, “Friends” y “The Big Bang Theory” son claros ejemplos de ‘sitcoms’ exitosas que cuentan con un elenco memorable. Son estos el motor que impulsa a la serie o, como resalta Gigio Aranda, son los personajes los que hacen las comedias: “personaje bien creado, crea su propio chiste”, reflexiona.
Cabe señalar que como muchas de las cosas en la industria del entretenimiento, los personajes son una colaboración entre los actores que los interpretan y los guionistas que los escriben.
“El actor es el 50% del personaje. Pero el personaje está escrito”, acota el guionista Pablo Guerra. “Todo lo que el personaje hace, dice y piensa está escrito, y eso lo hacemos nosotros.”
“Sí, era un humor distinto. Había mucho de ironía intensa, de humor negro. De un sarcasmo inteligente y distinto”, nos dice en otro momento Paul Martin. “Y era muy divertido hacerlo además. Desde que uno leía los guiones ya empezaba a disfrutarlo. Actuarlo era más que un placer. Además eran personajes muy bien delineados, con unas características muy claras. Y la gente encontraba en ellos una lectura muy fácil y entre ellos funcionaban bien.”
CONOCIENDO A LA FAMILIA
Guido Gasteluméndez - Leonardo Torres Vilar
El menor de los hermanos Gasteluméndez, Guido estudió filosofía y era fotógrafo de profesión. Su inteligencia natural era contrarrestada por su carácter acomplejado, miedoso e inseguro.
“En la propuesta inicial estaba que Guido y Annie eran muy recatados”, señala Leonardo Torres. “Yo en ese momento no tenía mayor técnica actoral, simplemente me dio por actuar de una manera recatada y muy estereotipada. En mi caso particular, quería distanciarme de mi personaje de Carlitos de ‘Natacha’, por lo que para Guido hice todo lo contrario.”
El actor sostiene que el personaje fue “ganando carne con el pasar de los capítulos”.
“Creo que al final quedé bastante contento. Ninguno de los personaje tenía una verdad, eran cartones, pero al público no parecía importarle demasiado y al final nos divertíamos bastante”, afirma.
“Algo que le comentaba a Paul Martin era que en el caso de Guido y de Waldo los personajes era prácticamente el ‘clauns’ de sus actores”, añade Leonardo. “Eso significa que en el fondo Paul y yo éramos así. En lo más íntimo yo soy así de nerd, de tarado, de serio... y que simplemente lo que hacíamos era extremar todo eso. Y quizás por eso los personajes salieron con tanto cariño, porque quizás estábamos actuando menos de lo que parecía."
Waldo Gasteluméndez - Paul Martin
El mayor de los hermanos Gasteluméndez, Waldo era piloto de avión de profesión y tenía todo lo que Guido le faltaba, siendo bien parecido, deportista y desenvuelto.
“Todos los personajes cuentan de alguna manera con un punto de partida nuestro”, afirma el actor Paul Martin. “Entonces Waldo viene a ser la exacerbación de algunas características mías. Y de hecho también hay elementos de algunos amigos que agarré.”
“El guion lo que te da es una pauta, el perfil del personaje te da otra y luego lo vas humanizando”, acota. “Cuando empiezas a interpretarlo, vas encontrando además cosas que van enriqueciendo al personaje, que no simplemente se trata de exacerbar algunas características. Pero como punto de partida en algunas situaciones si funciona para llegar a hacer una interpretación orgánica, para que sea verdad lo que siente el personaje, que es lo que debes de sentir tú mismo en ese momento”, añade.
Annie - Gloria Klein
La esposa de Guido que se dedica a ser la ama de casa de los Gasteluméndez. Y si bien inicialmente muestra una actitud sumisa y hacendosa, debajo de la misma se esconde una chispa de sarcasmo que sale a relucir en ocasiones.
“La estructura de Annie ya estaba. La dulce, la cándida, la inocente”, indica Gloria Klein. Esto en claro contraste a la otra esposa “que era la sexy”, señala.
Al igual que en el caso de Leonardo Torres, este era el segundo papel importante que Gloria tenía en la televisión, luego de formar parte del elenco de la telenovela "Natacha".
“En mi caso, a mí me dieron las pautas y simplemente así nació Annie”, resalta. “No siento que haya sido algo muy duro para mí de crear, de ser, de formar, de estructurar. Lo tenía muy a la mano, era muy fácil de hacerlo. Yo lo sentía muy cercano. Fue fácil de crearlo.”
Cuestionada sobre las similitudes entre ella y su personaje, señaló “yo tenía 18 años en ese momento y era muy inocente también, muy niña. Yo era bastante de casa, muy tímida. Sí, tenía bastante de mí, pero no era yo. Todos los personajes tienen algo del actor.”
Maggie - Maritza Picasso
La cuarta columna de la casa de los Gasteluméndez era Maggie, la esposa sexy de Waldo. Si bien no pudimos comunicarnos con la actriz, quien dejó el mundo del espectáculo a mediados de los 90, su personaje causó gran impacto entre los televidentes en esa época por su humor pícaro y su belleza, perfecto complemento para el libertino personaje de Waldo.
Y si bien es difícil por el momento saber de dónde sacó su personaje de "Casado con mi hermano", según el productor de la serie Humberto Polar el personaje de Maggie "era Maritza Picasso".
Construyendo la casa
Para facilitar la filmación del programa se construyó el set en el estudio que tenía Panamericana Televisión en el Coliseo Amauta, el mismo lugar donde también se grabó programas como “Natacha”, “Nubeluz” y posteriormente “Gorrión”.
Para "Casado con mi hermano" había dos grandes sets: uno conformado por el primer piso de la casa que incluía entrada, porche, sala y cocina; mientras que el otro estaba conformado por el segundo piso de la casa, donde estaban los dos dormitorios de los personajes principales, un pasillo conector y un baño.
Esto facilitaba enormemente las grabaciones, permitiéndoles producir rápidamente contenido y reducía al mínimo la necesidad de la edición del programa posteriormente.
“No había exteriores, ni había que saltar de un set a otro. Era fácil y era divertido”, recuerda Leonardo Torres Vilar.
“Fandango”, el hermanito menor
Y si bien todo parecía bien encaminado con “Casado con mi hermano”, esta no fue la única comedia de situación de las que se tuvo que encargar TeleTaller en ese momento. Cuando se acordó que “Casado con mi hermano” saliera los lunes, miércoles y viernes, el entonces presidente ejecutivo de Panamericana Televisión, Arturo Delgado, puso como condición que se produjera un programa para los martes y jueves. El show que nació de esa condición se tituló “Fandango”.
Adicionalmente, el producir otro proyecto también solucionaba otro problema del canal, que era mantener ocupado a Diego Bertie, quien, al igual que Paul Martin, había firmado un contrato de exclusividad con Panamericana Televisión tras la conclusión de "Natacha" que le acreditaba un sueldo mensual, estuviera o no involucrado en un proyecto.
Para crear “Fandango”, Humberto Polar recurrió nuevamente a su amor por las producciones de los 50, aunque esta vez se volcó a lo cinematográfico.
Es así que se inspiró de la película “Lili” (1953), una cinta romántica dirigida por Charles Walters que trataba de una inocente joven que encuentra trabajo en un circo itinerante luego de quedarse huérfana. Su espectáculo consiste en conversar cándidamente con un grupo de títeres, aparentemente sin saber que estos son controlados por una persona detrás del escenario, de la que termina enamorándose al final de la cinta.
“Ese diseño de los títeres conversando con una niña a mí me gustaba mucho. Entonces lo trasladó a ‘Fandango’”, afirma Polar.
La historia de “Fandango” giraba en torno a dos hermanos huérfanos: el joven Bruno Pómez (Diego Bertie) y su hermana de 13 años Paula (Mari Pili Barreda), quienes heredan el negocio de títeres de su abuelo, haciendo funciones desde el garaje de su casa.
“Intentar hacer algo gracioso con esa premisa fue contraproducente”, admite Gigio Aranda. “'Casado con mi hermano’ era una sitcom muy fácil de entender, mientras que ‘Fandango’ costaba mucho trabajo hacerlo”.
“En ese entonces ni nosotros estábamos para hacer esa serie ni Diego estaba para protagonizarla, así que no funcionó mucho”, añade el guionista, quien sostiene que en la actualidad podría hacer el mejor capítulo de “Fandango” con el actor, a quien considera uno de los mejores del Perú. “Es un súper comediante”, sostiene.
“A Diego Bertie no le gustó para nada”, recuerda Humberto Polar. “En ese momento había una rivalidad entre él y Paul Martin que venía desde ‘Natacha’. Entonces como quien dice que a Paul Martin le había tocado el número premiado con ‘Casado con mi hermano’ y a Diego le estábamos dando la serie segundona, complementaria y en la que nadie pensó nunca”.
“Entonces todos, menos yo, la hicieron a desgano”, agrega el productor. “El clima en ‘Fandango’ nunca fue bueno, mientras que en ‘Casado con mi hermano’ corría todo bien.”
Dormir no es una opción
Con una ‘sitcom’ funcionando bien y otra no tanto, las manos de TeleTaller estaban ocupadas al máximo. Y si bien se había hecho todo para que la filmación sea lo más eficiente posible, esto no quitaba que “Casado con mi hermano” era emitido tres veces a la semana, mientras que sus contrapartes estadounidense solo tenían que emitir un episodio en el mismo periodo. Una muestra de la intensidad es que cuando finalizó “Casado con mi hermano” en 1994 la serie superaba los 150 capítulos emitidos a lo largo de dos temporadas. “Perfect Strangers” (“Dos perfectos desconocidos”), una 'sitcom’ estadounidense contemporánea, llegó a ese número de capítulos en ocho temporadas.
Para los actores, esto significaba que se tenían que producir al menos tres capítulos a la semana, aunque usualmente se hacían más para adelantar la producción, mientras que en el caso de los guionistas, su carga laboral se incrementó aún más al tener que también producir guiones para "Fandango".
“Trabajamos todo el tiempo. En un momento Gigio y yo llegamos a vivir en la oficina. Entrábamos lunes en la mañana y salíamos el sábado en la noche, escribiendo cada uno un capítulo diario: 12 capítulos a la semana”, recuerda Pablo Guerra sobre los momentos más intensos de su primer trabajo. “Cada día tenías que pensar que ibas a escribir y en la noche terminarlo si querías descansar. Así era el ritmo de la producción.”
Mientras tanto, Leonardo Torres Vilar no solo tenía que actuar, sino que sucedió las funciones de director escénico tras la salida de Coco Chiarella tras la filmación del piloto.
“Al final, la experiencia de dirigir escénicamente y de actuar me pasó cierta factura”, rememora el intérprete. “Llegaba al set, marcaba movimientos, hacía un par de comentarios y luego yo entraba al personaje, entonces todo era muy apurado, corría mucho, entonces era una vaina.”
No fue el único en la silla del director.
“Cuando me dio hepatitis, mas o menos después de hacer el capítulo 20, tuvo que hacerse una serie de capítulos sin mi personaje y ahí fue que Paul Martin entró a dirigir”, remarca. “Luego retomé la dirección y en la segunda temporada, que se hicieron 40 capítulos aproximadamente, simplemente nos dividimos la dirección entre él y yo. Él dirigió una mitad y yo dirigí la otra.”
Así pasaría el primer año de “Casado con mi hermano”, cuya primera temporada terminaría con más de un centenar de episodios. “Fandango”, que solo tuvo un éxito moderado, no regresó por una temporada más. No sería el único de ausentarse en la siguiente temporada ya que Maritza Picasso no regresaría al set de la ‘sitcom’. Y con este abandono ya nada sería lo mismo para los Gasteluméndez.
Fin de la parte 2.
En el próximo capítulo: Los intentos de internacionalizar “Casado con mi hermano”, cómo la serie llegó a su final y los planes para revivir a los Gasteluméndez en el siglo XXI.
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