No hay dos días iguales en emergencia del hospital Santo Socorro. Hoy es un día relativamente tranquilo para ser domingo, aunque nunca se sabe lo que puede suceder. Una mujer con las piernas cercenadas y hematomas en todo el cuerpo llega en una ambulancia. Ha perdido mucha sangre. Solo un milagro o la encomiable labor de un grupo de médicos puede librarle de la muerte. Mientras tanto, en la sala de trauma shock, los doctores Pablo Linares (Francisco Cabrera) y Marcela Piqueras (Karina Jordán) hacen denodados esfuerzos por salvarle la vida a un menor que sufrió un paro respiratorio por inhalación de humos tóxicos. Su estado es crítico.
Situaciones extremas como estas formaron parte de la historia de “Clave uno: médicos en alerta”, el primer drama médico realizado y ambientado íntegramente en el Perú y el primero en tratar, a profundidad, las carencias del sistema público de salud en nuestro país.
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Concebida por Susana Bamonde para Frecuencia Latina (actualmente Latina) y emitida en horario estelar (9:00 p.m.), la ficción nacional se estrenó el 20 de abril de 2009, con una temporada inicial de 50 capítulos. Debido a sus altos índices de sintonía fue renovada para una segunda entrega y posteriormente una tercera.
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“La serie recibe el nombre de ‘Clave uno: médicos en alerta’ debido a ser este un término empleado por los médicos para referirse a un caso grave, a un herido casi de muerte, es como un código. A mí se me ocurrió el nombre y la respuesta a esa situación era que los médicos estén en alerta”, recuerda Bamonde, gerente ejecutiva de Imizu Producciones.
Cambio de planes
Inicialmente, Susana había planeado crear una ficción inspirada en el Cuerpo General de Bomberos Voluntarios del Perú, sin embargo declinó a sus intenciones, porque representaba altos costos de postproducción y locaciones. Inmediatamente después, la idea de hacer una historia que retrate las vicisitudes del personal médico en el contexto de la salud pública latinoamericana empezó a tomar fuerza.
“No iba a ser una historia sobre médicos sino sobre bomberos, pero como era un poco más cara tuvimos que descartar esa posibilidad”, refiere la realizadora peruana.
Si bien el género había alcanzado cierto prestigio en el extranjero, en Hispanoamérica aún era incipiente. Destacaban la colombiana “Héroes de turno” de Caracol Televisión, la miniserie chilena “Urgencias” de Roos Film y las adaptaciones de formatos estadounidenses como “Sala de urgencias” y “A corazón abierto” .
Bamonde buscaba llevar a la pantalla chica una entrega localista, que refleje la problemática del sector público de salud de nuestro país: equipos averiados, bajos salarios, huelgas, negligencias, pacientes sin seguro, desabastecimiento de medicinas y espacio insuficiente en las unidades de trauma. Sin embargo, debido a trabas encontradas por la producción, la trama enfocó su historia en las vicisitudes del personal médico en el contexto de la salud pública.
“En realidad el proyecto era un poco más ambicioso, pero cuando empezamos a trabajar en el nos encontramos con piedras y teníamos que adaptarnos a ellas. Pensábamos meternos en la problemática de los médicos, las huelgas, el desabastecimiento de medicina; pero no se pudo”, refiere la realizadora peruana.
Antes de iniciar las grabaciones, el elenco fue preparado durante un mes en primeros auxilios, talleres de atención de emergencias y terminología médica. Adicionalmente a ello, el equipo se trasladó a la sala de emergencias de uno de los hospitales de EsSalud.
“Un grupo de médicos de distintos hospitales de nuestro país nos asesoró todo el tiempo. Nos dio la información necesaria para hacer los guiones, también las pautas para atender una emergencia. Nos contaron diversas situaciones, como que durante las guardia sentían pasos de gente del más allá y que ante algún problema que podía llevarlos a la justicia, acostumbraban apoyarse”, señala Susana.
La mayoría de los casos que planteó la serie, tuvieron su origen en hechos reales, algunos ocurridos afuera, pero adaptados a nuestras costumbres. Y si bien, los actores aprendieron las pautas necesarias para emular la atención de una emergencia, durante las grabaciones de las 3 temporadas siempre se contó con la supervisión de por lo menos un médico.
Producción ambiciosa
Cada temporada tuvo un costo aproximado de 12 mil dólares. Para crear el hospital Santo Socorro el equipo artístico de Imizu remodeló una antigua casona ubicada en el distrito de Barranco, en el cual se diseñó tres salas de trauma, seis tópicos de observación y cirugía, una sala de descanso, tres quirófanos y una unidad de cuidados intensivos. De igual forma, una empresa que brinda servicios a distintos nosocomios del país les proporcionó los insumos, materiales y equipos necesarios.
Según Susana, a solicitud del Colegio Odontológico del Perú, se añadió un dentista a la segunda temporada de la trama. El actor Óscar Carrillo asumió el rol.
“Clave uno” tuvo en los roles principales a Marcello Rivera (Dr. Jacinto Zavaleta), Francisco Cabrera (Dr. Pablo Linares), Karina Jordán (Dra. Marcela Piqueras), Gian Piero Díaz (Dr. Salvador Bruce), Connie Chaparro (Teresa Cúneo), Diego Lombardi (Dr. Pedro Solari), Óscar López Arias (Dr. Arturo Córdova), entre otros actores.
“Mi hija María José Vega, que estaba en quinto año de secundaria, tuvo un papel en la serie. Fue una de las enfermeras. A Diego Lombardi también lo lanzamos en la actuación aquella vez”, recuerda Susana.
Importante reto
Óscar López Arias encarnó al intrigante médico Arturo Córdova, personaje que -según dijo- representó un reto importante en su carrera, pues le permitió involucrarse con “el mundo más sensible y vulnerable de la medicina”. El actor no apareció en la tercera entrega porque pasó a formar parte de “Los exitosos Gome$”.
“Antes de grabar teníamos como una clase previa, para conocer sobre términos médicos, tipos de medicinas, diferencias entre urgencia y emergencia. Teníamos que estudiar el guion, pero también la parte médica. Felizmente, la asesoría la teníamos en el set”, destaca el actor.
“En las grabaciones siempre estaba la doctora que nos ayudaba y que era la que nos asesoraba. Veías la vulnerabilidad de los médicos, a veces uno cree que nunca les pasa nada, que son seres imperturbables, sin embargo son los que más sufren", remarca.
Crossover frustrado
Mientras se grababa la última entrega de “Clave uno”, Susana evaluó la posibilidad de realizar un crossover con “Los exitosos Gome$”, ambas ficciones escritas por Enrique Moncloa. Según la productora se pensaba escribir un episodio de ambas series para vincularlas entre sí, sin embargo esto no llegó a concretarse.
El fin
La serie emitió su última entrega el 3 de diciembre de 2010 con un total de 139 episodios, dejando la historia en un cliffhanger. Bamonde indicó que los ejecutivos de Frecuencia Latina estaban evaluando extender la serie una temporada más, sin embargo, declinaron a sus intenciones debido a los altos costos de producción del proyecto.
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