GABRIELA MACHUCA CASTILLO
De una enorme camioneta con lunas polarizadas desciende apurada, pero muy diva, muy Cher, una de las leyendas de la televisión peruana. Yola Polastry en persona. Y en fucsia. Al menos ese es el color de la peluca de turno y el de la fastuosa capa con la que es cubierta por uno de sus ayudantes. Las botas negras de charol y flecos empiezan a cruzar la calle y a la par alguien de su staff le alcanza raudamente un micrófono. Es más de la medianoche. “¡Hoy es el cumpleaños de mi bebé! ¡Raulito, happy birthday! ¡Música maestro!”, dice mientras entra al restaurante El Cascajal y al encuentro del productor de TV Raúl Dávila, que ha alquilado todo el local para festejar su santo. Revientan los gritos, los aplausos, los abrazos al paso, la paciencia por accionar rápido la cámara del celular. A 42 años de haber empezado, la reina de los niños los tiene a todos crecidos y a sus pies.
NUEVA OLA
Únicamente el tiempo explica el asombroso éxito que ella viene teniendo particularmente en los últimos años. No es más la chica de la tele desde 1994, año en que se emitió el último programa de Hola Yola, pero su show infantil en vivo es uno de los más solicitados de la ciudad. Cumpleaños, bodas, inauguraciones, aniversarios, baby showers, eventos institucionales y corporativos, festejos navideños, discotecas, animación de campañas electorales, de todo. Sucede que los chicos que la vieron a tecnicolor en las décadas del 90 y el 80, e incluso en blanco y negro en los 70, tienen ahora de 30 años para arriba, así como un Perú nuevo que les permite tener el poder adquisitivo para contratarla y recobrar aunque sea por dos horas un pasado en el que la vida linda consistía en comer mucha gelatina.
Esto se evidencia en el arrebato de chicas base cuatro-tro-tro en El Cascajal al subir al escenario a coreografiar sin errar cómo se tocan los instrumentos de la feria de Cepillín. O en la euforia desatada en febrero pasado entre los miles de asistentes a la discoteca Vocé Sur cuando apareció the one and only gallina Turuleca. Bastaba que la animadora diera el pie al respetado con un verso de la canción, para que este respondiera con una potencia igualable a la de un concierto de Soda Stereo: “…¡HA PUESTO CUATRO, HA PUESTO CINCO, HA PUESTO SEIS!...”.
Tan bien le va que se ha dado el lujo de no participar en la nueva edición de la Feria del Hogar (donde fue figura estelar 18 veces) y de ofrecer solo una vez al año funciones al público en general. Esta temporada, por ejemplo, la ha titulado “Necesito burbujitas” y va en el Teatro Canout del 24 de julio al 3 de agosto, además del 16 y 17 del mismo mes. Y nada más. El resto son solo presentaciones privadas.
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No dejes de leer la crónica completa y lo que Yola piensa hoy de la vida, la edad, la vocación y las leyendas urbanas en torno a ella en la última edición de la revista Somos.