Comenzó en la radio a los 15 años, y antes de cumplir 18, Luis Ángel Pinasco (Iquitos, 1941) llegó a la televisión. En 1962 se unió al recién estrenado Canal 2 de Eduardo Cavero como asistente de prensa e imagen; pero terminó conduciendo el show inaugural del canal, ante la inoperancia de algunos trabajadores de dicha casa televisiva. “Cuando me dijeron que yo los reemplazaría”, recuerda con emoción, “alquilé un elegantísimo traje en La Casa de los Novios, me memoricé el texto que escribí, y busqué a Olga Guillot, a quien tenía que entrevistar, para presentarme y asegurarme de estar a la altura del reto”. Al llegar la esperada noche, las piernas le temblaban y el corazón le latía con fuerza; pero cuando la luz roja de la cámara destelló, se convirtió en el conductor de carisma desbordante de siempre. Un día después, el diario La Prensa informó sobre el debut televisivo de “Rulito Pinasco, el periodista loretano”. Desde entonces, no ha habido vuelta atrás.
Sus primeros pasos
Han pasado 68 años desde que Pinasco Riess debutó en las cabinas de Radio Loreto, en Iquitos. En aquel entonces compartía sus obligaciones escolares con su trabajo como locutor del programa “La discoteca sudamericana”, y por las noches apoyaba a su padre en el negocio familiar.
“Como nunca decía ‘no’, también me involucré en el tema deportivo radial. Me convertí en miembro del Círculo De Periodistas Deportivos Del Oriente”, recuerda.
En 1958, un año después de culminar el colegio, llegó a Lima para estudiar una carrera universitaria y buscar nuevos espacios laborales. Después de tres postulaciones fallidas a la Universidad San Marcos, postuló a la Escuela de Periodismo de la Universidad Católica, a la que ingresó con nota meritoria.
“A la vez que estudiaba, trabajaba en Radio Miraflores. Llegué a través de un concurso. Estuve tres años allí. Luego trabajé en Radio Lima y Radio Sol como reemplazo de los locutores fijos. Estuve en casi todos los programas deportivos, con todos los grandes de esa época”, señala tras recordar su paso por la prensa escrita en El Diario, un tabloide que lanzó La Prensa.
“En ese periódico, al que llegué gracias a mi amigo y compañero de la universidad Alfredo Kato, recorrí todas las áreas. Cuando estaba en espectáculos, Guido Monteverde, que escribía en Última Hora, me dijo que para triunfar en espectáculos hay que meterle palo a todo el mundo. Nunca seguí su consejo”, asegura.
El ‘Rulito’ de ‘La Doña’
Un punto de inflexión crucial en el camino profesional de Luis Ángel Pinasco fue, sin lugar a dudas, su encuentro con María Félix en Canal 2. ‘La Doña’, el rostro más bello de la Época de Oro del cine mexicano, impulso notoriamente su entonces incipiente carrera televisiva.
“Cuando viene La Doña, Eduardo Cavero, por alguna razón creyó que haría pasajes de comedia, y buscó un actor humorista (a Miguel Arnaiz), para la que la entreviste. Lo ideal hubiese sido que yo lo hiciera, pero a mí me encargó que la llevara a donde ella quisiera: a pasear, a comer, a tomar, y que todos los gastos correrían por cuenta del canal”, recuerda Luis Ángel. “Pero la entrevista con Miguelito no fluyó, se volvió tensa porque a María Félix no le gustaban las bromas en doble sentido. Así que, cuando terminaron, le dijo al gerente que quería que yo la entrevistara en los cuatro días posteriores que estaría en el canal”, recuerda. La Prensa informó este hecho como: “El Rulito de ‘La Doña’”.
Después de estar dos años en Canal 2, Pinasco migró a América TV, primero como reemplazo de figuras legendarias como Pablo de Madalengoitia y Kiko Ledgard. Luego condujo el noticiero principal del canal junto a Madalengoitia y Sonia Oquendo, quien se convirtió en su esposa.
“En Canal 4 conoçí a grandes personajes, Kiko, por ejemplo, era muy especial, inquieto, usaba cinco relojes:, en un brazo tres, y en el otro dos. Cada uno con diferentes horas, pero cuando le preguntabas por la hora, te decía la correcta [ríe]. Usaba medias de distintos colores y tenía un BMW chiquito, redondo, con una hélice en la parte de arriba”, recuerda.
Programa emblemático
En 1986, Luis Ángel inicia una etapa diferente en su carrera, al frente del histórico programa concurso “Triki Trak”. Por este espacio, que se mantuvo al aire siete años, desfilaron los artistas internacionales más afamados. Se regalaban cuantiosos premios y el pegajoso baile de La colita se convirtió en un clásico de la televisión peruana.
“Sonia era la presentadora del programa y Hugo Salazar era el de las voces. Yo le escribía los libretos. También escribí la canción de apertura. El baile de la colita la saqué del programa ‘Sábado gigante’ de Don Francisco. Comenzamos con dos horas, luego con cuatro y terminamos con seis. Es allí cuando sale el Cadete Pinasco, que era Bruno. Le puse el cadete porque lo iba a meter al Colegio Leoncio Prado para que despierte porque en ese tiempo era muy tímido. Luego empezó a gustarle la televisión, y mira lo que es ahora”, dice, orgulloso.
“Mis hijos me han superado, han ganado más plata que yo. Bruno ha entrevistado más artistas que yo, además lo hace en inglés. Yo no hablo ese idioma”, aclara.
Comentarista deportivo
Luis Ángel Pinasco es el único periodista peruano que ha transmitido ocho mundiales de futbol. El primero fue en 1970, en México. En noviembre del 2022, fue reconocido en el paseo de la fama ubicado en los estudios en Pachacamac con una estrella con su nombre. Integra el elenco de actores de “Al fondo hay sitio”, el programa de mayor sintonía de la televisión peruana y desde hace casi dos décadas es la voz principal de los informes de “Cinescape”.
“Creo que ya no me queda nada por hacer. Solo me falta ser astronauta”, bromea. “Ya grabé algunas escenas de la serie para este año. No sé cuándo saldrán, ahora le están dando mayor espacio a la gente joven. Hay nuevos personajes, la rutina varió”, enfatiza.
Renaciendo
Luis Ángel está experimentando uno de los períodos más gratificantes de su vida, marcado por un renacimiento personal tras superar una enfermedad llamada arteriosclerosis, que en el 2022 amenazó con arrebatarle la pierna derecha.
“No podía caminar ni 25 metros porque me dolía la pierna, tenía que sentarme. Cuando entraba de emergencia y les comentaba a los médicos lo que tenía, me decían que esas cosas no se operan. Ningún médico quería operarme, hasta que conocí al doctor Américo Peña, mi salvador, gracias a él conservo mi pierna. Él me operó. También tengo otras dos cirugías de meniscos, tengo dos prótesis. Pero las cirugías de meniscos nunca quedan bien, por más que me hayan operado médicos de la selección. Una me la hizo el médico de Universitario de Deportes. La otra, el de Alianza Lima. Tengo un clásico aquí”, señala sonriente.
Luis Ángel Pinasco, de 83 años, asegura que el paso de los años no le preocupa. Lo toma con gratitud y responsabilidad. Solo espera poder celebrar sus 50 años de matrimonio con Sonia [llevan 48 años juntos], de quien, confiesa, se enamoró desde el primer día que la vio. “Y sigo enamorado”, subraya.