La noche del 16 de julio de 1992, un comando de Sendero Luminoso hizo estallar un ‘coche bomba’ en la calle Tarata del distrito de Miraflores. La explosión, brutal y despiadada, acabó con la vida de 25 personas e hirió a 250 más. Diana Seminario, quien iniciaba su carrera periodística en esta casa editora, se enfrentó a la devastación para escribir un testimonio profundamente conmovedor sobre el atentado, pues entre las víctimas mortales se encontraba una persona cercana a ella. “Ese evento me marcó. Escribí con el corazón. Fue mi primera nota firmada y el inicio de mi carrera; pero sobre todo, un tema muy personal que aún me hace vibrar”, señala la periodista. Hoy, tres décadas después de aquella experiencia y de haber enfrentado innumerables retos, celebra con gran satisfacción el primer mes al aire de su programa “Al final del día” en Canal N.
“En el atentado murieron mi compañera de la Universidad de Piura Cecilia Cortés, su hermano y su mamá. Dos días después, me enviaron a cubrir los velorios y entierros. Fui al de Cecilia, y fue muy fuerte. Para mi sorpresa, el sacerdote que ofreció la misa leyó la pieza que había escrito en el diario”, recuerda Diana con emoción. “Ese mismo día también conocí al doctor Oswaldo Cava, quien llegaba al velorio de su hijo Pedro en el hospital de la FAP. Al dirigirse a la prensa, dijo que tenía un arma con la que vencería a Abimael Guzmán, y sacó un rosario del bolsillo de su saco. Eso me impactó profundamente. Son recuerdos que marcan de por vida”, asegura.
Seminario Marón lleva 32 años ejerciendo el periodismo. En 1992 ingresó a El Comercio como practicante en política, ascendiendo rápidamente a redactora y luego a editora. Este año, hizo una transición significativa de la prensa escrita a la televisión con “Al final del día”, un espacio que se emite de lunes a viernes, a las 10:00 p.m., en Canal N.
“Queremos llevarles a las personas el análisis de las noticias del día, de los temas más importantes y tener voces para analizarlos, para que la gente tenga diversos ángulos sobre la noticia. Ese es un poco el espíritu del programa. Hemos cumplido un mes, pero a la vez tengo en El Comercio, el podcast ‘Mirada de fondo’, también una columna, que sale en el diario y en la web. Me llena de alegría poder hacer periodismo en las tres plataformas”, manifiesta.
Diana descubrió su vocación por el periodismo en su adolescencia, inspirada por el influyente trabajo de Sonia Goldenberg, reportera del programa “Visión” en aquel entonces. Otra figura que encendió su pasión por esta carrera fue el legendario Pocho Rospigliosi.
“A Sonia la veía impetuosa y quería ser como ella. Un día conté esta historia en un programa radial, y ella se enteró. Me envió un mensaje y así nos conocimos. Pocho Rospigliosi también fue una gran inspiración para mí. No me perdía ni un solo programa de Gigante Deportivo. Cuando llegué a El Comercio, pedí ser practicante en la sección de deportes, pero como no había espacio, me enviaron a política con el señor Alfonso Baella Tuesta”, rememora.
Escenario polarizado
A pocos días de vencer el plazo de afiliación para los candidatos que participarán en las próximas elecciones generales del 2026, Seminario reconoce la responsabilidad del periodista, de reflejar los hechos y dar a conocer la verdadera cara de los aspirantes al sillón presidencial.
“Es difícil porque todo se polariza, pero creo que hay que centrarnos en el país. Las últimas elecciones han estado muy polarizadas. Definitivamente, en el 2021 tocamos fondo porque eran dos modelos que se enfrentaban, dos personajes antagónicos, y el Perú estaba en juego. Lamentablemente en el 2026 vamos a rifarnos otra vez el país. Es preocupante porque no sabemos qué fichajes hay. En julio vencen los plazos para inscribirse en un partido político y estamos viendo de todo. Actualmente hay 28 inscritos y pueden llegar a 40”, comenta.
_Dado el panorama electoral del 2026, donde la desazón sembrada en estos años puede favorecer la aparición de un outsider, ¿crees que Carlos Álvarez podría ser ese outsider de la derecha?
Creo que ya se desinfló un poco. Para ser presidente no basta con ser popular y hablar bien; hay que conocer la gestión pública. Es esencial tener un equipo sólido, conocer el Perú profundamente. No se trata solo de concentrarse en un micrófono y hablar bonito para tener millones de seguidores. Eso es importante, pero no definitivo. Hay que ir más allá. El fenómeno Milei en Argentina está entusiasmando a muchos, pero él no es solo una persona que habla con estridencia y dice frases efectistas. Es un economista con formación, ha sido congresista; no emergió simplemente de las redes sociales para ser presidente. Algunos dicen que si Castillo fue presidente, la valla ha quedado muy baja. Debemos tomar conciencia porque el futuro del país está en juego.
_La afiliación de Alberto Fujimori a Fuerza Popular generó suspicacias sobre una posible candidatura presidencial. ¿Consideras factible esa posibilidad?
Creo que legalmente no podría, pero ese es un debate extenso que se avecina. Pienso que se inscribió en el partido de su hija Keiko con un propósito claro. Sin embargo, dudo que su intención sea postularse a la presidencia, considerando que tiene más de 83 años y está enfermo. No sé si aspira a ser senador o simplemente apoyar a Keiko en su campaña.
_¿Cómo esperas que sea la campaña 2026?
Creo que va a ser sorprendente. Hemos visto tantas cosas que siempre habrá algo que nos sorprenda, adicional. Confío en que haya alianzas, en que la gente que piense igual se junte para que no haya tanta dispersión del voto, como ocurrió en el 2021. La campaña va a ser full TikTok, redes sociales, como en el 2021, pero creo que ahora la inteligencia artificial va a jugar un papel importante. Pero más allá del marketing político, que es importantísimo, creo que lo más importante son las ideas y una persona con integridad, con valores.
_Llevas más de tres décadas en el periodismo. ¿Qué representa esta carrera en tu vida?
Es mi pasión, mi vida. Tengo la fortuna y la bendición de contar con un esposo que vibra conmigo, me anima y me apoya incondicionalmente. Es tanto mi mayor admirador como mi crítico más sincero. Aunque mis padres ya no están conmigo, también fueron mis grandes admiradores. Mi mamá guardaba todas mis notas; tengo archivos completos gracias a ella. El periodismo, mi vocación, es una verdadera bendición.