Luis ‘Cuto’ Guadalupe, futbolista, capitán, bailarín, modelo, empresario, imagen de varias marcas conocidas, entrevistador y creador de frases memorables, como: “La fe es lo más grande del mundo”. Cuando se unió a “Perú tiene talento” como jurado, su mamá, sorprendida, le dijo: “¿Qué haces ahí?”. Sus amigos le recordaron que lo ven “hasta en la sopa”, sin embargo le impulsaron a asumir el nuevo reto. Y así como la mayoría de decisiones que el carismático chinchano, de 46 años, ha tomado en la vida, asegura que esta “no ha sido fácil”.
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“Me llamaron de Latina en dos ocasiones. La segunda vez me reuní con Susana Umbert (gerente de producción de entretenimiento de Latina), Alexandra Olaechea (Productora general de Perú tiene talento) y Ricardo Rodríguez ( subgerente de producción de entretenimiento de Latina). Me dijeron que Renzo terminaba su contrato y que había un espacio en el que querían que esté porque tenía una forma de ser que iba con el formato. Me dijeron que quería que sea un abanderado del público, un representante, que sea la voz del pueblo”, asegura el entrevistador de “La fe de Cuto”.
—¿Cuál va a ser tu aporte como jurado?
Ser yo mismo y decir lo que siento sobre el esfuerzo del participante, sobre lo que puedo percibir. Soy de barrio y al igual que los concursantes, sé lo que es tener un talento y que este sea valorado. Cuando quería ser futbolista apareció un cazatalentos y me dio la oportunidad.
—¿Sientes que estás en desventaja frente al resto del jurado, al no ser artista ni tener experiencia en televisión?
Sé de la experiencia de Gianella y a Mathías lo conozco, tengo una linda amistad con él. A Ricardo lo conocí en un evento de la película de Paolo Guerrero y Mimy es una mujer que tiene un hijo muy exitoso y a ella también le costó hacer realidad sus sueños. Si alguien te busca es por algo, a mí no me están regalando nada, me quieren como soy porque traspaso las pantallas y tengo mucho que aportar. Pueden decir qué hago ahí, pero es parte de.... Si no haces daño a nadie no tienes por qué tener vergüenza o sentirte menos. Yo no soy menos que nadie.
—¿Cómo recibes las críticas?
Nunca me han importado, hago las cosas porque quiero hacerlas, no por el qué dirán. Este es un programa que te permite opinar con el corazón, con sinceridad. Mientras mi familia y mis amigos estén orgullosos de mí, todo está bien. Las críticas me mantienen, preocúpate si no hablan de ti. Acepto los buenos y malos comentarios porque es parte de la vida. Soy un hombre de retos.
—Y en los últimos años asumiste varios retos, como modelar, bailar en “El gran show”, tener un programa de entrevistas, abrir un restaurante...
Cuando eres auténtico y no pierdes tu esencia, la gente se da cuenta. Soy muy católico y creo que Dios ha tenido un propósito conmigo a raíz de lo que sucedió en 2011, que salió esa frase que nunca antes había dicho: “La fe es lo más lindo de la vida”. Dios quiere que transmita, que cuente mi historia a través de lo que hago, y yo he hecho muchas cosas. Alguna vez modelé para la marca del estilista Marco Antonio, que en paz descanse; también ropa interior para Nino Peñalosa... Cumplí el sueño de abrir un restaurante en sociedad con mi hermana en el Callao. Todo lo que uno se propone en la vida, lo puede lograr. Nunca hay que perder la fe.
—¿A qué atribuyes el éxito de “La fe de Cuto, el programa más visto de YouTube y que en Facebook supera los dos millones de seguidores?
A que es un programita humilde, con valores y mensajes positivos. Lo único que hago es dejar que el entrevistado se sienta a gusto y con la confianza de poder contar algo que nunca ha contado. Estaba previsto para que dure quince minutos, pero al ver que era imposible lograr que alguien se suelte en tan poco tiempo, lo subimos a media hora, luego a cuarenta minutos. Actualmente pasamos la hora. Cuando uno hace las cosas bien, trasciende como persona.
—¿A quién te costó más convencer que vaya a tu programa?
Al Loco Vargas, pero valió la pena. No fue fácil, se negaba, hasta que un día, él mismo tomó la iniciativa. Somos compadres, es padrino de Luis, mi hijo mayor. Lo conozco desde que llegué a Universitario, a los 17 años, hicimos una linda amistad. Con él llegamos al millón de visitas en YouTube.
—¿Qué otro personaje tienes pensado entrevistar?
Los que están en mi mente y ya he hablado con ellos, son Christian Cueva y Juan Carlos Oblitas. Todos me dicen ya, el problema es el tiempo. Sueño con entrevistar a muchos futbolistas que han hecho historia. Ahora que se viene la despedida de Claudio Pizarro, me encantaría entrevistarlo porque que es uno de los más exitosos de los últimos tiempos del fútbol peruano a nivel internacional.
—¿Tu sobrino Jefferson Farfán también figura en esa lista?
Sueño con entrevistarlo porque es mi sangre, pero desde hace seis años no tengo contacto con él. La gente piensa que de repente esto (el distanciamiento) se debe a que no ayuda a la familia, pero no pasa por ese tema. A veces hay cosas que uno no puede ventilar porque son muy personales. Ojalá nos reencontremos porque la familia lo extraña, lo quiere ver con nosotros.
—Habiendo sido la persona que lo recibió cuando ascendió a la primera división con Alianza Lima, ¿te dolió que no te mencionara en su película?
Claro que sí, y así como me dolió a mí, también le dolió a Roberto Farfán, que es hermano del papá de Jefferson. La gente tiene que entender que la historia hay que contarla como es, desde el principio, aunque a la larga el tiempo pone todo en su lugar. Nosotros estamos tranquilos, y esa entrevista con Jefferson va porque va.
—“La fe es lo más lindo de la vida” es una frase que soltaste en 2011 tras salir campeón con Juan Aurich y sigue dando que hablar.
EL 2010 también dije: “Tengo hambre”, por tener hambre de gol, cuando estaba en León de Huánuco. Es increíble cómo pasan las cosas, el cariño de la gente. Qué sería de mí si me hubiese estancado en ser futbolista, si no hubiese tomado la decisión de hacer cosas diferentes. Las decisiones que he tenido que tomar en la vida han sido duras, pero soy muy feliz cuando todo empieza a fluir, como ahora con “Perú tiene talento”. A veces me pregunto: “¿Qué hago yo ahí?” (Ríe).
—¿Cuál ha sido la decisión más dura que has tomado?
Bailar en “El gran show”. Estuve a punto de dejar todo, entré en pánico, pero no podía dar marcha atrás porque había un contrato de por medio, hubiese tenido que pagar una multa muy alta si me iba.
—¿En algún momento barajaste la posibilidad de ser entrenador de fútbol?
No, porque no me gusta. Lo que hago ahorita me encanta, siempre me ha gustado el espectáculo, hacer cosas diferentes, estar en varios sitios. Siempre soñé con lo que me está pasando.
—¿Qué opinas de la derrota peruana ante Australia en el partido de repechaje?
Qué se les puede reclamar a los muchachos, empataron y se fueron a los penales. Hay que valorar lo que han logrado, nos han hecho vivir inolvidables momentos. Más allá del resultado, les digo gracias por lo que nos regalaron. Fue un dolor que cuesta asimilar, pero la vida continúa.
—Fuiste figura en Universitario de Deportes, campeón nacional con Juan Aurich, y defendiste los colores de César Vallejo, Real Garcilaso y de otros equipos. ¿Con qué camiseta te identificas más?
La gratitud que me inculcó mi madre, la tengo por todas las camisetas que vestí. La U me dio la oportunidad de ser conocido y de comprarle una casa a mi mamá. Me hizo muy feliz, me marcó mucho, fui capitán, tricampeón. Con Aurich, mi segundo equipo en el Perú, fuimos campeones frente a un grande como Alianza Lima. También hicimos una campaña extraordinaria con León de Huánuco y Real Garcilaso de Cusco. Jugar en César Vallejo fue muy importante, al igual que en mi último equipo, Los Caimanes de Puerto Eten, de Chiclayo. Cuando trasciendes como persona, logras que la gente te valore como ser humano.
—¿Es verdad que cuando eras futbolista, el ego te absorbió, fuiste vanidoso?
Creo que ningún futbolista te puede decir que no le ha pasado, a cada uno le toca en su momento. Cuando eres futbolista te crees lo máximo, te encanta ver tu físico, te gusta vestirte bien, echarte buenos perfumes, agarras más confianza. En el ambiente futbolístico siempre decimos que la pelotita es mágica porque gracias a ella todos te ven guapo. Actualmente estoy en una etapa en la que me siento bien espiritualmente, pero también sensible. Mi vida cambió por completo cuando se la entregué a Dios.
—¿Cuál fue tu mejor gol?
El primero fue el que le hice a Cristal en el Estadio Nacional, que nos obligó a irnos a un partido extra, luego ganamos por penales. Fue en 1998. El otro fue el que le hice a Corintias con Independiente, el equipo más futbolero de Latinoamérica.
—¿Dejar el fútbol fue una decisión difícil de tomar?
Fue la etapa más dura de mi vida. Si no hubiera tenido a mi familia y a mis amigos apoyándome, no sé qué hubiera sido de mí. Me ayudaron a reinventarme, pues lo único que sabía hacer era jugar fútbol, jugué hasta los 39 años.
—¿Es verdad que haciendo espectáculo se gana más que jugando fútbol?
Así es. Estoy mejor que cuando era futbolista, pues tengo madurez y los pies firmes sobre la tierra y sin zapatos como siempre me gustaba jugar en Chincha. A esta edad tienes el panorama totalmente diferente, ya no te mareas y las personas que te conocen se dan cuenta. He evolucionado para bien y creo que de eso se trata la vida: de aprender de los errores, corregirlos y ser mejor persona cada día.
—¿Has cumplido todos tus sueños?
Una vez mi tía Esmeralda me dijo algo que es muy cierto: ‘Dios da más de lo que pides’. Yo estaba en la lona después de ser futbolista y nunca pensé que mi vida iba a cambiar de esa forma. Lo más lindo de la vida es que te va bien si haces las cosas bien. Estoy feliz con lo que me está pasando, estoy en el mejor momento de mi vida, y eso se lo debo a Dios y a mis padres. Ahora, por ejemplo, estoy de periodista y sé lo que es estar detrás de alguien para entrevistarlo. Es duro.
—¿Te sientes periodista en “La fe de Cuto”?
No me siento ni me considero periodista, pero me pongo en los zapatos de ustedes para lograr una nota. Mi programa es un programa entre amigos.
—¿Te han propuesto actuar?
Sí, me buscaron por intermedio de mi representante para salir en un segmento de “De vuelta al barrio”, pero no acepté porque tenía que viajar. Siempre me ha gustado, pero nunca se ha dado.
—¿Con qué otra faceta nos vas a sorprender después de “Perú tiene talento”?
Lo que venga lo evaluaré. No descartó nada. Estoy contento con los retos que he asumido, y lo mejor de todo es que lo hago con pasión, amor, respetando la posición de todos y deseándoles lo mejor porque la fe es lo más grande del mundo.
El restaurante de Cuto Guadalupe se encuentra ubicado en Calle Lizardo Montero N° 282 Urb. Astete- La Perla, Callao.