Ya lo habíamos probado en el último E3 y nos llamó tremendamente la atención por varios aspectos. Es que el juego de Deck 13, CI Games y Bandai-Namco si bien bebe detalles de otros títulos, goza de personalidad propia aunque tiende a caer en algunos detalles.
Aunque las comparaciones siempre son odiosas, es imposible decir que algo es bueno o malo si no se le compara con algo que guarde cierta semejanza o relación. ¿Y por qué decimos esto? Pues porque Lords of the Fallen, para algunos, toma en cierta forma la fórmula de Demon's/Dark Soul de From Software. Asimismo, toma la personalización del personaje al estilo de Diablo.
Pero si bien para algunos esto puede ser esto malo o bueno, Lords of the Fallen tiene al final un estilo propio. Este se debe en gran parte a que Deck 13 y CI Games le han añadido toques propios, como el movimiento del héroe, el apartado gráfico del juego, locaciones y stages de grandes proporciones, así como un apartado artístico y gráfico de gran nivel. Sin dudas se nota la mano de Tomasz Gop (The Witcher 2: Assassin of Kings) en este juego.
Con esto en claro, tenemos que hablar primero de la trama. Aunque no presenta nada del otro mundo, es efectiva. Tanto así que sostiene el juego desde el principio hasta el fin en el modo de juego, en lo estético y en lo narrativo.
Se trata de un dios atrapado en lo más profundo de la tierra, expande su reinado sobre nuestro mundo gracias a su endemoniado ejército. Este es comandado por sus lugartenientes, o los que serán los bosses a batir. Frente a todo esto, aparecerá Harkyn, un personaje que es lo peor de lo peor de la raza humana. Sin embargo, es el ser más indicado y al que se le pide ayuda para acabar con esta amenaza. Y es que no queda otra cosa que luchar fuego contra fuego.
Pero si bien todo luce genial, encontramos ciertos detalles. Por ejemplo, el desaprovechamiento de algunos otros personajes de este buen juego, ya que pudieron haber dado para más. Y si a esto le sumamos su modelado o incluso la sincronización con sus voces o expresiones, estos no llegan a tener la calidad para transmitir "ese momento" en que aparecen. Es que todos los elementos cuentan al momento de darle mayores valores a un título, desde la banda sonora, hasta el doblaje o modelado.
Ahora bien, pasamos a los que es el aspecto central del modo de Lords of the Fallen. Primero, tendremos que elegir cuál clase de magia usar y que tipo de personaje seleccionaremos entre los tres posibles: Warrior, Monk o Rogue. Después determinaremos qué equipo usaremos y nuestros atributos. Suena complicado, pero no lo es. Una vez hecho todo esto, nos lanzamos al ataque, dándonos con la sorpresa de que este juego tiene más de Darksiders que de Dark Souls (trama y hack’n slass), marcando otra diferencia más con relación a los títulos anteriores.
Conforme vayamos avanzando en su trama, nuestra aventura con Harkyn pasará de tener un equilibrio bien planteado con cierto grado de dificultad, a batallas épicas y que requieren mucho estudio, ya que habrán momentos en que moriremos si no tenemos cuidado o analizamos los patrones de ataque de nuestros enemigos por más armas o poderes mágicos que tengamos. Aun así, Lords of the Fallen no es un juego cerrado con una dificultad abrumadora, sino todo lo contrario. Nos obliga a ser meticulosos pero sin complicarnos la vida.
Otra diferencia, es el uso de ciertas runas que encontraremos en nuestro viaje, las cuales nos permitirán guardar nuestro juego (checkpoints), a diferencia de la saga de From Software, en la que el uso de la hoguera es indispensable para esto. Del mismo modo, estas runas nos permitirán rellenar pociones de vida y distribuir nuestros puntos de experiencia. Por ejemplo, mejorar nuestra fuerza, vitalidad, habilidades magias o incluso... nuestra fe. ¿Ha gustado esto? Sí, simplemente por hacer que todo esto sea más sencillo que otros juegos. Pero que quede claro, todo esto lo iremos descubriendo con el transcurso de las horas que pasemos en esta épica aventura.
Para ello Harkyn contará, muy aparte de cierto poder de ataque, con un grado de velocidad la cual nos llamó la atención desde el inicio, ya que si bien parece escasa, esto se debe al tipo de armadura y equipo que llevemos puestos. No es lo mismo usar un atuendo de guerrero que al de un Monje. Cada uno tiene un peso distinto y esto se ve reflejado en nuestros movimientos de defensa y ataque, haciendo que estos sean más ágiles o lentos.
Para esto, podremos ir configurando que tipo de armas y armaduras usar bajo un estilo muy similar al de Diablo. Eso sí, nuestro escudo será un elemento imprescindible como el hecho de rodar para evitar los ataques de los enemigos de turno. Detalle aparte, y al más puro estilo de la saga de From Software, en este caso, es el hecho de que si morimos, nuestra experiencia se perderá, aunque la podremos recuperar si volvemos al lugar en que morimos.
El apartado gráfico tiene varios puntos a favor y uno que otro encontrar. Virtudes le sobran a Lords of the Fallen; aquí podremos mencionar un apartado artístico simplemente notable desde que comenzamos a jugarlo, con escenarios de diversos tipos y muy bien trabajados, como también enemigos espectaculares y sin dejar de lado un excelente manejo de luces, haciendo que los stages ganen en espectacularidad. Pero por otro lado, y en mucho menos escala, notamos ciertos problemas de colisión con los enemigos muertos en combate o algo de tearing.
Con relación a su banda sonora, si bien cumple a la perfección, nos hubiese gustado algo más de fuerza en los momentos épicos.
Lords of the Fallen ha resultado una muy grata evolución a lo que pudimos tener entre manos durante el pasado E3, resultando un juego muy distante de la saga Soul's. Una muy grata sorpresa, y aunque con ciertos detalles a mejorar, es una propuesta totalmente asequible para todos los gamers, tanto al hardcore como al menos experimentado, o con poca paciencia.
Para este análisis, contamos con la versión de PS4 la cual corre a 1080p, pero también se encuentran disponibles las versiones de Xbox One y PC.
PUNTAJE 8.3