Se estima que un edificio de 1.000 mts de altura que se construirá en Yeda, la segunda ciudad más grande de Arabia Saudita, será el más alto del mundo. Originalmente iba a ser de 1.500 metros, pero no fue posible.
El primer gran problema es el viento. Lo que se siente como una agradable brisa a nivel del suelo, a más de 500 mts de altura puede ser un vendaval. Fue lo que descubrió el ingeniero William LeMessurier en 1978 cuando concluyó el edificio Citicorp Centre, de 278 mts, en Nueva York.
Un estudiante de arquitectura le preguntó si el viento podría derribar la estructura, que pese a estar en una zona propensa al paso de huracanes, no era a prueba de estos fenómenos naturales. Con horror, Le Messurier se dio cuenta de que el diseño de la construcción contempló vientos perpendiculares, pero no aquellos que se producen con un ángulo de 45 grados. Si colapsaba, podía destrozar hasta 100 cuadras.
Por esta razón, obreros empezaron a soldar placas de acero en las noches para que el edificio pudiera soportar los embates del viento. Estas modificaciones fueron un secreto por casi 20 años.
Actualmente, se utilizan ingeniosas soluciones para proteger a los rascacielos en este aspecto. Es el caso de la torre Taipéi 101, localizada en la ciudad del mismo nombre, en Taiwán. En su parte superior tiene un péndulo gigante que se mueve en sentido contrario al viento cuando se produce un tifón.
Ascensores y bases
Este tipo de estructuras también necesita una base de gran tamaño, lo que limita la posibilidad de aprovechar el espacio. Con sus 828 mts, la torre Burj Khalifa de Dubai, una de las principales ciudades de los Emiratos Árabes Unidos, ofrece una opción.
Su original diseño en forma de "Y", con un centro hexagonal y tres alas, garantiza una estabilidad perfecta.
El principal problema de los rascacielos, sin embargo, son los ascensores. Tecnológicamente, ingenieros y diseñadores llegaron al límite, y todavía no han encontrado una solución para cambiar esta realidad.
El asunto radica en que cables con una longitud mayor de 600 mts son muy pesados para mover con un cabrestante.
Una alternativa podrían ser ascensores verticales que funcionen con rieles electromagnéticos, como lo hacen las montañas rusas. Pero hasta que algo similar no exista, la construcción de un edificio de más de 1.000 mts de altura, seguirá siendo un sueño.