La temporada de lluvias ya se siente con más fuerza en varias partes del país, y en otras el calor alcanza niveles extremos. Ambas situaciones de emergencia se caracterizan por la falta de agua potable y apta para el consumo humano, pero que podría tener una solución con ENSO.
Se trata de un sistema práctico y eficiente que combina tecnología al alcance de muchos para tener agua bebible en zonas donde no hay acceso al agua potable por algún tipo de crisis.
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El nombre del proyecto hace referencia a El Niño–Southern Oscillation, que es como se denomina en inglés al fenómeno climático que se suele dar en nuestro país. Esta apuesta nació a mediados del año pasado, en las aulas de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP), como respuesta a las alertas globales por dicho evento.
“Lo que está ocurriendo ahorita son problemas de agua, problemas de deslizamientos. No necesitamos un Niño fuerte o moderado para que haya los problemas que tenemos todos los veranos”, dijo Fernando Jiménez, quien encabeza el trabajo.
El catedrático y Jefe de Laboratorio de Energía de la casa de estudios indicó a este Diario que primero se identificó el problema: cómo podemos hacer bebible un agua producto de un huaico, producto de una inundación, o producto inclusive de un curso de agua o riachuelo.
Según el Senamhi, el Niño costero continuará hasta fines de verano, como consecuencia de la evolución de El Niño en el Pacífico central. También señala que es más probable que las lluvias en la costa norte registren valores normales; mientras que, en la sierra norte estarían entre valores normales y sobre lo normal, sin descartar lluvias puntuales de moderada intensidad en ambos sectores.
“Lo que hicimos fue identificar tecnologías que permitan hacer esto. Es decir, que agua de cualquier naturaleza, se pueda convertir en agua bebible. Entonces el proyecto tenía otro condicionante”, indicó. Y este condicionante es que ya existen plantas de tratamiento de agua. El reto estaba ahora en hacer un sistema de respuesta rápida y de acceso a poblaciones en emergencia, en el mismo lugar.
¿Cómo funciona?
El sistema que ha diseñado el equipo liderado por Jiménez no utiliza tecnología muy complicada, o difícil de acceder. Consiste principalmente en una bomba de agua, unos filtros especiales que aseguran que no pase ningún microorganismo y de un panel solar.
“El equipo empieza de la tubería que succiona el agua de la piscina, lo que está simulando un charco de agua”, indicó.
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Luego siguen dos filtrados. En el primero se absorbe los elementos químicos y en el segundo se absorbe la parte microbiológica. “Estamos hablando de filtrados de pocas micras, es decir, hasta virus se quedan allí, que es lo más importante, como coliformes. Eso va a ser retenido con un filtro más suave, más riguroso”, explicó.
ENSO ha sido pensado para entregar 400 litros de agua bebible por hora. Esto significa que podría satisfacer el consumo de unas 200 personas durante una hora, asumiendo que por persona se debe consumir 2 litros de agua al día.
La ventaja está en el panel solar. Este dispositivo hecho para captar incluso la luz solar en condición de nubosidad, puede mantener en funcionamiento el equipo durante 10 horas, lo que permite atender a 400 familias.
“Este equipo puede satisfacer un requerimiento de un cacerío, de una zona de emergencia, de una posta médica importante para nosotros, de colegios donde los niños no tienen agua para beber. Entonces ya se pone interesante el asunto”, comentó el docente de la PUCP. Hasta el momento, ha demandado una inversión de 30 mil soles.
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Agua, un reto para el presente
¿Por qué es importante que la tecnología apunte al recurso hídrico? El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) ha señalado al cambio climático como uno de los factores que dificulta el acceso a agua potable, cambio climático que pasa por entender el calentamiento global y las altas temperaturas en el planeta.
“Hoy en día, la mitad de la población mundial (es decir, cuatro mil millones de personas), vive con una grave escasez de agua durante al menos un mes al año. Y cerca de 500 millones de personas se enfrentan a la escasez de agua durante todo el año”, indica la organización perteneciente a la ONU.
Para el catedrático que lidera el proyecto ENSO, el caso peruano es muy peculiar ya que por un lado contamos con suficiente agua, agua que proviene de las lluvias en Madre de Dios, Ucayali, Loreto, Amazonas, San Martín, entre otras regiones, y por otro lado se sufre sequías, como en regiones de Arequipa, Tacna y Moquegua.
“¿Va a haber agua? Sí, pero hay que almacenarla. Ahí está la necesidad de inversión. Hay que hacer un uso inteligente del agua. No es que nos vamos a quedar sin agua”, indicó, y es aquí donde entra el proyecto ENSO, en zonas donde hay muy poca agua y de mala calidad como en el sur del país.
El equipo pasó las pruebas de laboratorio. Ahora ingresará a las pruebas de campo para superar algunas dificultades y pueda ser usado por la población. Pero en eso no queda proyecto, para el cual también han participado alumnos de la PUCP, el equipo también prepara un sistema de purificación de agua salada y pronto tendrían resultados. D se destinan los esfuerzos por mejorar el uso del agua.
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