En los últimos años he tenido la oportunidad de probar diferentes audífonos de Sony, entre modelos con diadema (este o este) o modelos que van dentro del oído (como este o este), estos últimos siempre con el concepto de True Wireless, o sin cables. Ahora ha llegado el momento de probar los nuevos Link Buds, con los que la marca japonesa hace una apuesta osada tanto en diseño como en público objetivo. Pero no solo eso, sino que también los promocionan como ultra cómodos y que no te los vas a quitar nunca.
En este texto les compartiré cuál fue mi experiencia, resaltando las características y funciones destacables de estos audífonos, pero también señalando lo que me parece que se puede mejorar. Pero no quiero empezar sin resaltar algo: aunque el nombre oficial de este modelo es WF-L900, que Sony haya decidido llamarlos Link Buds es un gran cambio. Espero que vayan dejando olvidados esos nombres con códigos tan complejos y largos que, realmente, son difíciles de identificar.
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Especificaciones técnicas
Un enfoque sostenible
Los Link Buds vienen en un estuche, bastante pequeño, que también sirve como receptáculo para la recarga. La particularidad es que tanto esta cajita como los audífonos en sí están fabricados en ABS (acrilonitrilo butadieno estireno) reciclado. El ABS regular es un material plástico que tiene gran resistencia al impacto. En este caso en particular, el material proviene de piezas de automóviles.
Esta procedencia del material hace que, a la vista, pareciera que cuenta con algunas imperfecciones. Sin embargo, tiene un acabado delicado y termina siendo muy agradable al tacto.
Diseño único
Como ya mencioné, se trata de unos audífonos realmente pequeños. Casi unos botones. Sony ya nos había sorprendido antes con diseños bastante particulares en sus audífonos in-ear. Ahora, con los Link Buds la cosa cambia nuevamente.
Es como si el audífono de botón se hubiera desdoblado y abierto por la mitad, formando una especie de ocho. La parte superior encaja en los pliegues de la oreja y la inferior -que tiene la particularidad de tener forma de aro, con un orificio al centro- debe quedarse en la entrada del canal auditivo. “Espera: ¿es un audífono que tiene un hueco al centro?”. Sí.
La parte que parece un picarón o una dona es el driver o parlante. Es la parte que nos permite escuchar los sonidos. ¿Cómo hizo Sony para lograr un parlante que, además de pequeño tenga forma de un aro? Es un misterio, pero a la vez una demostración de la capacidad de innovación tecnológica de la marca.
Los Link Buds incluyen unos aritos con una especie de aleta, de tres tamaños diferentes (small, medium y large) para ajustarse al pabellón de la oreja.
El estuche de recarga tiene un botón en la parte frontal, que sirve para abrir la tapa y poder sacar o guardar los audífonos. Además, cuenta en la parte delantera con un LED que indica la carga restante en el estuche cambiando de color de verde a rojo. En la parte trasera tiene un puerto USB tipo C para recargarlo (usando el cortísimo cable que viene incluido en el empaque) y un botón, que sirve para hacer el emparejamiento con otros dispositivos.
Lo bueno y lo malo… para mí
Empecemos con las cosas positivas. Estos Link Buds son para empezar a usarlos casi, casi sacándolos de la caja. Se emparejan rápidamente con cualquier dispositivo (son compatibles con iOS y Android) vía Bluetooth, aunque siempre será recomendable descargar la app Sony Headphones para tener un mejor control sobre todas las configuraciones y funciones de los audífonos. Incluso, si tu teléfono es Android quizás se emparejen sin que tengas que hacer más que tener encendido el Bluetooth en tu teléfono.
Otra cosa interesante es la cantidad de ajustes que se le pueden hacer mediante la app. Por ejemplo, tal como sucede con otros modelos, permite hacer un análisis de la forma de la oreja del usuario (a través de fotos que debe tomarse en ese momento), de manera que el software ajustará la salida del sonido para cada persona. La aplicación también indica la carga tanto del estuche como de cada uno de los audífonos. Asimismo, hay la posibilidad de manipular las ecualizaciones.
Cuenta con la función Hablar por Chat, que al estar activa hace que la música o el sonido que esté reproduciendo el dispositivo se detenga automáticamente si detecta que el usuario ha empezado a hablar. Cuando la charla se detiene, la reproducción del sonido se reanuda. Otra función es la del volumen adaptativo, que se incrementa cuando detecta que el ruido exterior es mayor, y disminuye en el caso contrario.
Lo que me pareció interesante es que, debido a su tamaño minúsculo, cuentan con una tecnología que reconoce los gestos táctiles cuando se realizan fuera de la oreja, ya sea en la zona de la patilla o en la sien. Por ejemplo, se podía dar los toques en esa zona para detener o reanudar la reproducción de una canción. Otro punto positivo es su compatibilidad con los asistentes Alexa y Google Assistant.
En cuanto a su autonomía, los Link Buds tienen energía para unas cinco horas y media de uso continuado. Además, cuentan con sensores para identificar cuándo se han retirado del oído y cuándo están cargándose.
Este aspecto no es malo, pues no lo tiene contemplado. Pero en lo particular me sorprendió. Los Link Buds no cuentan con cancelación de sonido. Y está bien, porque su propuesta es para quienes quieren tener los audífonos puestos a todo momento y tener la posibilidad de conversar con el resto sin necesidad de sacárselos. Además, es para quienes quieren ir por la calle escuchando música, pero sin desentenderse totalmente de lo que está pasando a su alrededor. Olvídate de usarlos durante un vuelo en avión.
Pero, justamente, su ofrecimiento es que se trata de audífonos muy cómodos, para no quitárselos… pero en mi caso no fue así. Yo me siento muy cómodo con audífonos in-ear, de esos con una puntita de goma que entra al oído. Pese a que son super ligeros (pesan 4,1 gramos), en este caso -quizás por la forma particular de mi oreja-, los Link Buds nunca se pudieron acomodar bien a mí; intenté cambiándole las diferentes aletitas de sujeción, pero nada. Solo pude soportarlos un par de horas por vez. Necesitaba quitármelos un rato para descansar, y luego continuar probándolos.
Una cosa adicional: los Link Buds tienen certificación IPX4, es decir que son resistentes a chorros de agua (no a sumergirse). Sin embargo, no sé qué tan recomendable será usarlos para actividades físicas diarias, teniendo el riesgo de que el sudor se cuele por los orificios del aro inferior de los audífonos, que terminan quedando a la intemperie. Del mismo modo, si alguien es de orejas difíciles como yo, quizás pueda tener problemas para mantenerlos fijos al momento del ejercicio físico y que no se caigan.
¿Y qué tal el sonido?
Para mí fue una experiencia nueva con estos Link Buds de Sony, pues soy más de quienes buscan la cancelación de sonido. Aún así, la reproducción fue muy buena -aunque me parece que los sonidos graves quedaron algo en deuda- y en su uso como manos libres para llamadas telefónicas, la voz se escuchaba muy clara y no había necesidad de hablar más alto para que del otro lado me escucharan, pese a estar en un lugar bastante concurrido.
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Precio y disponibilidad
Los Link Buds de Sony se pueden encontrar en la tienda oficial de la marca. Su precio original es de S/999, pero se encuentran rebajados a S/699.
¿Vale la pena comprarlos?
Estos Link Buds son una apuesta muy seria de Sony por atender la necesidad real de un grupo de la población, que busca estar todo el día con los audífonos puestos, pero sin aislarse del mundo que los rodea. Esa es su función y la cumple a cabalidad, dejando pasar el suficiente sonido externo y ofreciendo una buena calidad de audio. A esto se le debe sumar todas las opciones vía software para que esa función se cumpla con mayor amplitud.
Sin embargo, creo que lo arriesgado del diseño hace que no sea necesariamente para todos. En mi caso, aun siendo fan de los in-ear, creo que de haberme quedado más cómodos mi experiencia hubiera sido mejor. No cabe duda de que es un producto muy específico, para un público muy particular en el que no me incluyo.
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