El jaguar, el felino símbolo de América, es uno de los animales más investigados por la importancia que tiene para los ecosistemas que habita. Es considerado una especie ‘paraguas’, pues se encuentra en lo alto de la cadena alimenticia y recorre extensiones amplias que se acercan a los 500 kilómetros cuadrados. Por eso está presente en gran parte de los bosques latinoamericanos.
Estas características son conocidas gracias a las investigaciones de decenas de científicos, sobre todo en los últimos diez años. Por ejemplo, las estimaciones realizadas en 2018 por integrantes del Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas y la organización Panthera nos permitieron conocer que la concentración de jaguares en América del Sur supera los 163 mil ejemplares. Y que Brasil y Perú son los países que albergan las poblaciones más grandes de este felino.
Con respecto a los recorridos del jaguar, dos estudios hechos por un grupo de científicos de la Alianza Latinoamericana para la Conservación del Jaguar y por la organización Panthera han permitido clasificar los espacios de ocupación del felino como poblaciones o subpoblaciones y Unidades de Conservación del Jaguar (UCJ). Mongabay Latam reunió estas dos investigaciones en una herramienta que permite observar con facilidad cómo los resultados se cruzan y complementan.
La primera capa de la visualización es la de poblaciones o subpoblaciones de jaguar. En total los investigadores identificaron 23 en América del Sur, según el estudio realizado por Antonio De La Torre, José F. González-Maya, Heliot Zarza, Gerardo Ceballos y Rodrigo Medellín en el 2018.
A partir de los criterios de la Lista Roja de Especies Amenazadas de la UICN, se identificó, por ejemplo, que de las 34 subpoblaciones que existen en todo el continente, 33 de ellas se encuentran En Peligro o Peligro Crítico. La de la Amazonía era la única que se encontraba en Preocupación Menor. Sin embargo, De La Torre comenta que los últimos grandes incendios en Brasil y Bolivia en el 2019 y la continua deforestación en esta área pueden haber puesto en peligro esta estabilidad para el jaguar.
Con los hallazgos de esta investigación se pudo demostrar que el jaguar es una especie que se traslada entre países, ya que 26 de las 34 subpoblaciones en toda América se ubican en zonas transfronterizas. Esta fue una de las principales razones expuestas en la Convención sobre la Conservación de las Especies Migratorias de Animales Silvestres (CMS) para que este mamífero sea incluido en los apéndices I y II.
La otra capa utilizada en la herramienta es la de unidades de conservación del jaguar, un término acuñado por el científico Eric Sanderson de Panthera en el 2002 y que es utilizada desde entonces como una referencia por las comunidades académicas que estudian a este felino. Para este mapa utilizamos la información más actualizada, que data del 2010 en la web Data Basin.
Es sobre estas UCJ donde se concentran los esfuerzos de proyectos como el Plan Jaguar 2030, una hoja de ruta que reúne a 14 de los 18 países para conservar al felino. Solo en América del Sur se han identificado 60 UCJ, la mayoría de ellas en Brasil.
Aunque son datos importantes, estas zonas aún son referenciales y se busca que dentro de los países se realicen investigaciones focalizadas para conocer el estado de abundancia de estos animales en ellas. Por ejemplo, en Perú se ha identificado cinco Unidades de Conservación del Jaguar (UCJ). Sin embargo, José Luis Mena, director de la Iniciativa de Especies de WCS en el Perú, señala que aún necesitan ser reconocidos por el Estado.
El artículo original de Vanessa Romo fue publicado en Mongabay Latam. Puedes revisarlo aquí. Entra aquí si quieres leer el especial “Jaguares: el reloj juega en contra para el gran felino de América”.
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