En la Amazonía peruana todavía existen zonas que no han sido intervenidas por ninguna actividad humana. Sin embargo, estos espacios prístinos, los llamados bosques primarios, se están reduciendo por efecto de la deforestación.
La extensión original de estos bosques en la selva peruana fue de 73.1 millones de hectáreas —antes de la colonización europea alrededor de 1750— pero ahora solo quedan 67 millones. Es decir que se perdieron 6.1 millones de hectáreas.
Sin embargo, la mayor deforestación ocurrió en las últimas dos décadas. Un total de 2 000 000 de hectáreas de bosques primarios desaparecieron en el Perú desde el año 2000, según un reciente informe del Proyecto de Monitoreo de la Amazonía Andina (MAAP por sus siglas en inglés). Las causas principales: minería ilegal, monocultivos, tala ilegal y construcción de carreteras.
El análisis ofrece un panorama de la desaparición de los bosques en tres zonas de la Amazonía peruana: la región Loreto en la selva norte, Ucayali y San Martín en la zona central, y Madre de Dios en el sur de Perú. “Se trata de los lugares más representativos de deforestación de los bosques primarios”, explica Matt Finer, investigador principal de MAAP y responsable del estudio.
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Monocultivos que acaban con los bosques
En la región Loreto desaparecieron 390 000 hectáreas de bosques primarios en los últimos dieciocho años. Según el análisis de MAAP, si bien uno de los focos centrales de deforestación ha sido la carretera Iquitos-Nauta, en la última década los cultivos de cacao se han convertido en la principal causa de la pérdida de bosques en esta región.
La empresa United Cacao, que operaba en la zona a través de su subsidiaria Cacao del Perú Norte, arrasó con grandes extensiones de bosques primarios. Y esta destrucción de áreas forestales que hasta hace diez años no habían sido intervenidas, quedó demostrada con el monitoreo satelital realizado por proyectos como MAAP en el año 2015.
Hasta entonces, la empresa aseguraba que la zona de Tamshiyacu, donde estaba instalada, había sido utilizada para la agricultura desde fines de los años 90 y, por lo tanto, no era bosque primario. No obstante, la evaluación de una serie de fotografías satelitales registradas desde el año 1985, demostraron que el desbosque se hizo sobre áreas de selva virgen.
El Ministerio de Agricultura paralizó las operaciones de la empresa en el año 2014 por incumplimiento de sus compromisos, según lo estipulado por las normas del Estado peruano. Tres años después, en 2017, la compañía entró en una crisis financiera y sus acciones fueron canceladas en la Bolsa de Londres y en la Bolsa de Lima.
Hoy las dramáticas imágenes de la deforestación es visible en el reciente reporte presentado por MAAP. El geógrafo Pedro Tipula, del instituto del Bien Común (IBC), señala que el desbosque para monocultivos tiene patrones específicos y son fáciles de reconocer en las imágenes satelitales. “En este caso, se trata de un área de bordes regulares, casi una figura geométrica”, explica.
Esta no es la única fuente de deforestación en esta región. “La minería ilegal y la extracción de madera también están terminando con los bosques primarios”, comenta Tipula, quien además menciona que el territorio del Parque Nacional Yaguas, categorizado como tal en enero de este año, está siendo afectado por estas actividades.
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Pérdida de bosques por palma aceitera
En las últimas dos décadas, la deforestación en bosques primarios arrasó con 344 000 hectáreas en la región Ucayali y 375 000 en San Martín.
En total fueron 719 000 hectáreas que desaparecieron en ambas regiones, siendo la palma aceitera una de las principales causas de pérdida de la cobertura forestal.
En Ucayali, la instalación de dos empresas dedicadas a este cultivo, cuyas plantaciones abarcaron alrededor de 13 000 hectáreas, han sido los centros de destrucción de bosques primarios en los últimos años.
Un análisis temporal de imágenes satelitales hecho por MAAP en el año 2015 demostró que las plantaciones de palma de estas empresas, pertenecientes al Grupo Melka, arrasaron en la localidad de Nueva Requena. Las imágenes captadas desde el año 1990 demostraron que estos cultivos se instalaron destruyendo bosques primarios.
Pero en la región Ucayali existen otras actividades que están devastando los bosques de la Amazonía peruana. “Se trata de caminos forestales que se van abriendo para poder extraer madera ilegal”, explica el geógrafo Tipula con relación a las vías que el IBC ha ido encontrando en la zona de Aguaytía y por donde se transporta la madera talada de forma irregular. “En esta región la minería ilegal y el cultivo de coca para el narcotráfico también están arrasando la selva”, explica el representante del IBC.
El tráfico de tierras también está terminando con los bosques de Ucayali. Un reportaje publicado por Mongabay Latam reveló cómo los traficantes de terrenos van ganado espacio en la selva de Ucayali bajo un esquema de corrupción, asociaciones y empresas de fachada y hasta asesinatos.
En la región San Martín han aumentando, además, las áreas forestales que se convierten en grandes extensiones de palma aceitera, principalmente cerca de Yurimaguas.
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La minería ilegal arrasa con la selva del sur de Perú
En Madre de Dios desaparecieron 177 000 hectáreas de bosques primarios desde el año 2000, según el reporte de MAAP. En esta zona las principales causas de deforestación son la carretera Interoceánica, la minería aurífera y la agricultura.
Un reporte de MAAP de octubre de 2017 informó sobre el avance de la deforestación alrededor de la localidad de Iberia y a ambos lados de la carretera Interoceánica. Los datos revelaban cómo a partir de 2015 se había acelerado la pérdida de bosques debido a las invasiones de zonas concesionadas para aprovechamiento de caucho y otros recursos forestales.
Concesionarios de bosques bosques para aprovechamiento de shiringa y de castañas o para la conservación y el ecoturismo han sido amenazados por los invasores ilegales. La historia de los concesionarios de la empresa comunal Jebe Natural del MAP Tahumanu, publicada por Mongabay Latam, es un ejemplo de lo que viene ocurriendo en esta región.Finer considera que el análisis de estos mapas ha permitido no solo tener un estimado de la cantidad actual de bosques primarios con los que aún cuenta Perú, sino principalmente comparar de manera histórica cómo se han ido perdiendo. “Los datos generados a partir de imágenes satelitales permiten mirar atrás en el tiempo y reconocer los patrones de deforestación”, precisa.
El artículo original de Yvette Sierra Praeli fue publicado en Mongabay Latam. Puedes revisarlo aquí.
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