La imagen del Tiranosaurio rex que tenemos presente suele ser la de ese temible dinosaurio de gigantes dientes y enormes músculos, pero pocas veces se ha podido ver cómo eran estos animales cuando recién nacían.
Ahora un equipo de investigadores del Museo Americano de Historia Natural (AMNH), en Nueva York, reconstruyeron cómo lucían estos dinosaurios cuando tenían unos pocos días de vida.
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En la exhibición "T. rex: The Ultimate Predator", los investigadores muestran, además de modelos a escala de ejemplares adultos, cómo eran los polluelos de este dinosaurio: estaban llenos de plumas y tenían un aspecto nada intimidante.
Los "bebés" tiranosaurio tenían el tamaño de un pavo al nacer. A diferencia de sus padres, sus brazos eran más grandes y poseían una densa capa de plumas que cubría su piel.
Además, las crías del T-rex ganaban en promedio tres kilos de peso por día hasta alcanzar las 8 toneladas de peso a los 20 años, explicó Mark Norell, comisario de la exposición, al sitio LiveScience.
Norell explica que en ejemplares jóvenes de Tiranosaurio el uso de los brazos era más importante, incluso pudieron haber servido para atrapar presas.
Cuando alcanzaba la etapa adulta, este dinosaurio se convertía en el principal depredador de su tiempo con sus cuatro metros de altura (no caminaba totalmente erguido) y una longitud de 12,3 metros. Pese al peso que tenía, podría llegar a correr a 40 kilómetros por hora.
Los vestigios indican que tenía un cuello muy grueso lleno de músculos para poder sostener su poderosa mandíbula que podía ejercer 35.400 newtons de fuerza, lo que trituraba los huesos de sus presas. Una de las mordidas más poderosas en la actualidad es la del cocodrilo, que llega a 16.000 newtons de fuerza.
Su cabeza estaba cubierta de una gruesa piel y poseía colmillos de 30 centímetros. Podían también usar su cabeza para embestir a sus competidores si era necesario.
El Tiranosaurio rex era un carnívoro que vivió a finales del período Cretácico, hace aproximadamente entre 68 y 66 millones de años.
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