Neo acaba de cumplir cuatro meses. En toda su vida solo ha salido dos veces al parque, pero todo antes de la pandemia. Esta semana le tocaba su control mensual, porque el anterior se pospuso a causa de la emergencia.
“Fue una videollamada. Desde casa lo medimos y lo pesamos, pero todo como referencia. Hablamos de las vacunas y nos recomendó comprar hierro para agregarle a la dieta del bebe. En estas circunstancias, quedé satisfecha. Fue como ir al consultorio. Pero el pediatra me dejó muy claro de que hay cosas que no puede hacer por esta vía y en las que se necesitará que vayamos a emergencia, pero la idea es evitarlo. Para cuestiones más cotidianas, me pareció bien”, comenta Aracely, la preocupada mamá que lleva más de un mes sin salir de casa para evitar el avance del coronavirus.
Mientras la emergencia sanitaria continúe (y probablemente por mucho después) la telemedicina se va a convertir en la atención de primera línea para quienes requieran algún consejo médico.
VIEJO CONOCIDO
“La telemedicina no es un tema nuevo en el Perú. Todo empieza con un documento normativo del 2005, denominado Plan Nacional de Telesalud. Con el tiempo los términos y definiciones han ido evolucionando”, explica a El Comercio el doctor Walter Curioso, vicerrector de Investigación de la Universidad Continental y miembro del comité de expertos en Salud Digital de la OMS.
En el Perú la telemedicina es la provisión de servicios de salud a distancia, desde la promoción de la salud y la prevención, pasando por el diagnóstico y rehabilitación de los usuarios, prestados por personal de salud.
“Ya no es exclusividad de médicos, sino que también lo puede brindar otros profesionales para facilitar el acceso a los servicios de salud”, agrega el doctor Curioso.
“El médico debe tener en cuenta que no puede haber una examinación del paciente. A través de la videollamada se pueden ver gestos, revisar lesiones, ver la respiración. El paciente debe firmar un consentimiento informado donde sabe que no es una consulta presencial, pero que es lo más cercano a ello”, explica a este Diario el doctor Jorge Saldaña Gallo, director médico de Urozen, centro especializado en urología que desde hace algunos años usa la telemedicina.
El especialista señala que gracias a las nuevas tecnologías pueden hacer seguimiento a pacientes que se encuentran fuera de Lima o del Perú sin ninguna complicación. “Sin dudas se trata de una alternativa que, luego de la pandemia, se va a tener que masificar. El paciente no se quiere exponer, el médico tampoco. Sin embargo, hay varios aspectos que afinar para que la adopción de la telemedicina sea mayor”, recalca el doctor Saldaña.
“Se tiene que empezar a debatir sobre soluciones y lo que se necesita para la implementación real de la telemedicina en el sistema de salud. La gente va a tener necesidades de atención y la inmovilización va a seguir tras la cuarentena”, señala Ángela Flores, directora ejecutiva de la Asociación Nacional de Laboratorios Farmacéuticos (Alafarpe), que hoy realiza un webinar sobre los avances de la telemedicina en el Perú.
La digitalización de las historias clínicas, la receta electrónica y la estandarización de los datos médicos son las tareas pendientes.
El dato
- El pasado 31 de marzo de este año se emitió una resolución ministerial que aprueba la implementación y desarrollo de los servicios de teleorientación y telemonitoreo.
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