WASHINGTON. Científicos que han dedicado años a desarrollar fármacos para tratar enfermedades como el cáncer están ahora trabajando para las compañías tabacaleras, con el objetivo de fabricar de cigarrillos electrónicos con menores riesgos para la salud.
La tabacalera Philip Morris International ha contratado a más de 400 científicos y técnicos en su planta de investigación de Neuchatel, en Suiza. Entre ellos se encuentran toxicólogos, químicos, biólogos, bioestadísticos y expertos en temas de regulación.
Altria Group, el fabricante de los cigarrillos Malboro, reclutó a decenas de científicos y expertos en salud, al igual que compañías independientes como NJOY.
Los nuevos empleados brindan experiencia sobre el desarrollo de dispositivos inhaladores y formas de hacerse camino entre las regulaciones de la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA por sus siglas inglés), un conocimiento valioso para el nuevo mundo de los cigarrillos electrónicos. Estas compañías afirman que intentan mejorar la salud pública.
La meta es mejorar la generación actual de cigarrillos electrónicos y, cuando sea posible, mostrar evidencias de que se ha reducido el riesgo de enfermedades.
Los productos que la FDA ha declarado como de menor riesgo pueden ser tratados con mayor indulgencia para las cuestiones regulatorias y su distribución.
"Si las compañías tabacaleras pueden probar que hay un riesgo reducido, los cigarrillos electrónicos probablemente estarán menos regulados y gravados que los cigarrillos comunes", dijo Philip Gorham, analista en Morningstar que considera que Philip Morris Internacional está liderando esta tendencia en la industria.
Foto: Reuters