CHICAGO (AP). La Asociación Nacional de Deportes Universitarios (NCAA) aceptó el martes llegar a un acuerdo por una demanda colectiva por lesiones a la cabeza, creando un fondo de 70 millones de dólares para diagnosticar a miles de atletas universitarios actuales y pasados y determinar si sufrieron de trauma cerebral al jugar fútbol americano, hockey, fútbol u otro deporte de contacto.
El organismo rector del deporte universitario también acordó implementar una política uniforme sobre cómo tratar a jugadores que recibieron golpes en la cabeza y cuándo pueden volver al terreno, de acuerdo a los documentos de la Corte de Distrito de los Estados Unidos en Chicago. Los detractores han acusado a la NCAA de darle demasiada discreción a escuelas individuales sobre el retorno de sus atletas, poniéndolos en riesgo.
A diferencia de un acuerdo en una demanda similar contra la NFL, éste no apartará dinero para pagar a jugadores que sufrieron de trauma cerebral. En lugar de eso, los atletas pueden demandar de manera individual por daños a la NCAA.
El decreto sirve como notificación para el juez federal a cargo de la demanda colectiva de que ambas partes llegaron a un acuerdo luego de casi un año de negociaciones. Además del fútbol americano, el hockey sobre hielo y el fútbol, este acuerdo también aplica a todos los hombres y mujeres que participaron en básquetbol, lucha, hockey sobre césped y lacrosse.
Joseph Siprut, el abogado del demandante principal que encabezó las negociaciones con la NCAA, dijo que las pláticas terminaron por volver más seguro al deporte universitario.
"No diría que estos cambios resuelven el problema de la seguridad, pero sí reducen los riesgos", señaló el abogado de Chicago. "Ha cambiado para siempre el deporte universitario".
En otras cláusulas del acuerdo, todos los atletas se someterán a exámenes neurológicos al inicio de cada año para ayudar a los médicos a determinar la severidad de cualquier conmoción sufrida. El Comité de Ciencia Médica, independiente, será el que evalúe las pruebas.
La NCAA no admite haber obrado mal en este acuerdo y niega que haya restado importante a los peligros de las conmociones. Como prueba de que ha intentado mitigar los riesgos, ha citado recientes cambios en la utilería, prácticas médicas y reglas de juego, incluyendo aquella que prohíbe a los jugadores de fútbol americano golpear la cabeza de sus oponentes.
Documentos de los demandantes indican que los atletas que requerirán de pruebas para saber si sufrieron daños permanentes pueden ser decenas de miles. Citan que tan solo entre el 2004 y el 2009, 29.225 atletas de la NCAA sufrieron conmociones, cerca de 16 mil de ellos jugando fútbol americano, mientras que 5.751 en el fútbol femenil y 3.374 en el balompié varonil.