Uruguay, El País/GDA
Hasta ahora no se conocía por qué los mosquitos preferían picar a una personas mientras que a las demás no las tocaban. Un estudio, publicado en la revista Plos ONE, revela que nuestra genética sería el factor determinante en la elección que hacen los mosquitos.
El estudio consistió en exponer a picaduras a 39 parejas de gemelos (18 eran gemelas idénticas,que comparten el 100% de sus genes, y 19 mellizas) para comprobar si su genética determinaba el comportamiendo de los mosquitos.
Los insectos sí mostraron preferencia entre alguna de las mellizas, mientras que elegían con el mismo interés a las gemelas idénticas, lo que indica que este sería el factor que determina su comportamiento
"Nuestros resultados demuestran un componente genético subyacente al tipo de olor humano, una diferencia genética que es detectable por los mosquitos a través de nuestro olor y que se utiliza durante la selección de la persona", aseguran los científicos de las universidades de Londres, Florida y Nottingham que han realizado el estudio.
Estudios previos habían mostrado que era el olor corporal el elemento que atrae a los mosquitos hacia las personas. También se sabía que este atractivo puede variar en función de otros factores: por ejemplo, beber cerveza parece atraer más las picaduras.
Estos insectos también se sienten atraídos por la temperatura corporal, el sudor, la emisión de CO2, la ropa de colores oscuros, las bacterias de la piel y las embarazadas, por ejemplo, según han mostrado otros trabajos científicos. Sin embargo, si los mosquitos se encontraran a dos personas tomando cerveza en una terraza, en las mismas condiciones, seguirían teniendo preferencia por una de las dos, indican los investigadores
De los 400 tipos de compuestos que exudan las personas, el 85% tienen un origen genético, pero identificar la combinación que atrae a los mosquitos es una tarea muy complicada. "El siguiente paso es seguir trabajando para determinar los genes implicados en el control del olor corporal que manipula el comportamiento del mosquito", explica James Logan, líder de este estudio.
Los investigadores sugieren en su trabajo que quizá la diferencia no se deba tanto a que algunas personas atraen más a estos insectos por reacciones metabólicas sino que, al contrario, algunas estarían desarrollando en sus genes una estrategia de defensa natural que las protege frente a las picaduras, que han sido un notorio vector de transmisión de enfermedades desde hace millones de años.
Sin embargo, los científicos aceptan que la muestra es pequeña para dar los resultados como definitivos, pero la correlación entre las gemelas idénticas es tan alta que implicaría que la atracción ejercida sobre los mosquitos es tan hereditaria como la altura, uno de los rasgos genéticos más marcados.
"La información de este estudio nos dice más acerca de cómo los mosquitos interactúan con nosotros", asegura Logan, director del Centro de Pruebas para el Control de Artrópodos de la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres.
"Cuando identifiquemos los genes implicados seremos capaces de examinar a las personas para determinar su nivel de riesgo ante las picaduras de mosquitos y podríamos desarrollar un fármaco que aumente la producción natural de repelentes en el cuerpo y, por lo tanto, minimizar la necesidad de usar repelentes sobre la piel", afirma.