Marte es el próximo objetivo de las misiones tripuladas. (Foto: NASA)
Marte es el próximo objetivo de las misiones tripuladas. (Foto: NASA)
Redacción EC

La misión InSight de la NASA está revelando información valiosa sobre , desde registrar decenas de sismos hasta misteriosos pulsos magnéticos, que podrían ser rezagos de un antiguo campo magnético que el planeta rojo tuvo hace miles de millones de años.

Los datos de la sonda muestran que el campo magnético en el sitio de aterrizaje en Marte es 10 veces más fuerte de lo previsto. Los científicos creen que se generan en fuentes cercanas y, además, fluctúa en escalas de tiempo de segundos a días, según un estudio publicado en la revista

“Además de mostrar que el campo magnético en el sitio de aterrizaje era 10 veces más fuerte de lo que anticipaban los satélites, los datos implicaban que provenían de fuentes cercanas”, detalla en un Catherine Johnson, profesora de la Universidad de Columbia Británica y autora principal de del informe.

Antes de esta misión, las mejores estimaciones de los campos magnéticos marcianos provenían de satélites que orbitaban muy por encima del planeta, y estos nuevos datos son los más detallados sobre este fenómeno.

El sensor magnético a bordo del InSight Lander detectó las fuentes de los pulsos magnéticos en Marte. (Imagen: NASA / JPL-Caltech)
El sensor magnético a bordo del InSight Lander detectó las fuentes de los pulsos magnéticos en Marte. (Imagen: NASA / JPL-Caltech)

“Los datos a nivel del suelo nos dan una imagen mucho más sensible de la magnetización en áreas más pequeñas y de dónde proviene”, abunda Johnson.

Un campo magnético antiguo en Marte

Los científicos ya sabían que Marte tuvo un antiguo campo magnético hace miles de millones de años que magnetizaba las rocas del planeta, antes de apagarse misteriosamente. Debido a que la mayoría de las rocas en la superficie son demasiado jóvenes para haber sido magnetizadas por este antiguo campo, el equipo cree que el campo registrado debe provenir zonas más profundas.

“Creemos que proviene de rocas mucho más antiguas que están enterradas en cualquier lugar desde un par de cientos de pies hasta diez kilómetros bajo tierra”, dijo Johnson. “No hubiéramos podido deducir esto sin los datos magnéticos y la información geológica y sísmica que InSight ha proporcionado”.

Ahora, los investigadores esperan combinar estos resultados con datos magnéticos satelitales ya registrados y futuros estudios de rocas marcianas, con el objetivo de identificar exactamente las rocas que generan estos campos y cuál es su datación.

El sensor del InSight capturó fluctuaciones en el campo magnético entre el día y la noche y pulsaciones breves y misteriosas alrededor de la medianoche, que duran solo unos minutos.

La sonda InSight llegó a Marte en 2018 y aún le queda un año más de experimentación. (NASA/JPL-CALTECH)
La sonda InSight llegó a Marte en 2018 y aún le queda un año más de experimentación. (NASA/JPL-CALTECH)

Los científicos creen que esto de debe, entre otras cosas, al viento solar y el campo magnético remanente de Marte.Lo que estamos obteniendo es una imagen indirecta de las propiedades atmosféricas de Marte: cómo de cargada se vuelve y qué corrientes hay en la atmósfera superior”, detalló la coautora Anna Mittelholz, becaria postdoctoral en la Universidad de Columbia Británica.

Sismos en Marte

En quince meses de presencia en Marte, el robot InSight y su sismógrafo ya han detectado casi 500 temblores, una cosecha abundante de informaciones que proporciona el retrato de un “planeta vivo”.

“Siempre es conmovedor imaginar este instrumento en Marte que nos envía estos datos”, dijo a AFP Philippe Lognonné, investigador del Instituto de Física del Globo de París y padre de SEIS, el sismógrafo francés embarcado por InSight.

Después de 6 meses y medio de viaje espacial y 480 millones de kilómetros recorridos, la sonda de la NASA se posó en noviembre de 2018 en la llanura marciana de Elysium, permitiendo por primera vez que la humanidad pegue su oreja al suelo del planeta.

Los sismos no han superado los 4 grados, pero los investigadores aún esperan por un terremoto con una magnitud igual o mayor que 4.

Conocer la composición del planeta rojo ayudará a comprender cómo se formó y por qué el agua de sus lagos y ríos se evaporó hace unos 3.500 millones de años.

Agencias

TE PUEDE INTERESAR

Síguenos en Twitter:


Contenido sugerido

Contenido GEC