WASHINGTON (AP). Las autoridades de salud estadounidenses están tratando de ayudar a los médicos a descubrir medicamentos falsificados o no autorizados al crear conciencia sobre las operaciones ilícitas que ofrecen las drogas a los profesionales de la salud.
Últimamente los fiscales federales han descubierto la presencia de compañías ilícitas que distribuyen en Estados Unidos versiones extranjeras de bótox, drogas falsas para el cáncer y otros medicamentos no aprobados o contaminados. Frecuentemente tratan de seducir a los médicos con tentadoras ofertas de descuentos del 75% sobre drogas inyectables caras.
"Apuntan a médicos y clínicas, utilizan estas tácticas de mercadeo agresivo para ofrecer medicamentos a precios de descuento", dijo Ilisa Bernstein, directora en funciones de la oficina de cumplimiento de normas de la Administración de Alimentos y Medicinas (FDA). Desde hoy partir del martes la FDA iniciará su propia campaña educativa con información a los médicos sobre la manera de reconocer las ofertas y drogas falsas.
La FDA da los siguientes indicios para reconocer las drogas no autorizadas:
- Los rótulos no están en inglés
- Las instrucciones de dosificación son extrañas
- Falta información de seguridad
- El nombre del producto difiere del de la droga aprobada por la FDA
La agencia recomienda a médicos y gerentes de compras que solo adquieran drogas a distribuidores mayoristas autorizados en sus estados. Bajo una nueva ley federal, todos los distribuidores minoristas deben tener la autorización de su estado para principios del 2015. Las versiones falsificadas de las drogas suelen llegar del exterior.
La Organización Mundial de la Salud estima que las ventas globales de medicamentos falsos, contaminados o ilegales por otros motivos suman 430.000 millones de dólares anuales.
En los países en desarrollo, hasta el 50% de la oferta de medicamentos pueden ser falsos. La proporción es muy superior a la de los países desarrollados, donde las drogas potencialmente peligrosas se venden a través de farmacias virtuales no autorizadas.
Pero las drogas falsificadas llegan cada vez más a los consultorios médicos, farmacias y hospitales.