El mundo ha celebrado el aterrizaje del módulo Philae en el cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko. Sin embargo, la misión recién ha empezado. El dispositivo deberá descubrir los misterios que yacen en el cuerpo celeste. Entre ellos está un extraño sonido que ha sido captado por la sonda Rosetta.
La sonda espacial registró vibraciones en forma de oscilaciones en el campo magnético del ambiente del cometa. El sonido fue detectado entre los 40-50 milihertz, inaudible para el oído humano, cuyo límite está en entre los 20 hertz y 20 kilohertz.
Para que el sonido pueda ser captado por el rango humano, los científicos aumentaron su frecuencia unas 10 mil veces.
Este registro sonoro fue captado en el mes de agosto cuando la sonda se encontraba analizando el entorno de plasma del cometa. En este estado, la materia ser vuelve un gas eléctricamente conductivo, capaz de transmitir campos magnéticos y corrientes eléctricas. Es por eso que expertos de la Agencia Espacial Europea (ESA) piensan que el sonido se debe al proceso de ionización del 67P. No obstante, este tema aún está en investigación, según señala el portal Gizmodo.