Investigadores del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva de Leipzig (Alemania) han encontrado que la domesticación por parte de los seres humanos deja una huella en el ADN de los animales.
Los resultaron indican que los animales domésticos muestan ciertas variantes genéticas que afectan a determinados procesos biológicos como el desarrollo facial, la coloración de la piel o incluso el cerebro.
Los investigadores, liderados por Alex Cagan, analizaron el ADN de ratas de alcantarilla, también llamadas ratas de noruega o ratas chinas, que habían sido criadas durante 70 generaciones para mostrarse agresivas o mansas hacia los humanos. Los resultados de ADN revelaron que las ratas domesticadas tenían cambios genéticos en al menos 1.880 genes.
Al comparar los análisis de ADN de otros animales domésticos comunes como perros, gatos, cerdos o conejos y sus respectivos pares en estado salvaje, se hallaron idénticos resultados: la domesticación tenía una cambio asociado en los genes para los factores de crecimiento epidérmico y otras proteínas que estimulan el crecimiento de las células, indica el estudio.
Para lo científicos, este hallazgo apoya la hipótesis de que los cambios recientes en las células de la cresta neural que existe temporalmente en etapas tempranas del desarrollo embrionario de los vertebrados, podrían ser responsables del síndrome de domesticación, que incluye cambios físicos en las orejas, en los colores de su pelo, etc.
Fuente: Muyinteresante.com