Las enfermedades crónicas afectan a millones de personas en el mundo, pero de todas ellas, algunas son consideradas raras porque se presentan en un reducido porcentaje de la población. El lupus se encuentra dentro de esta categoría.
En el Perú, el número de personas que viven con este mal aún no se conoce por completo, pero se considera que 50 de cada 100.000 habitantes tiene lupus. La mayoría son jóvenes y adultos jóvenes económicamente activos, por lo cual la fatiga y otros síntomas propios de la enfermedad afectan directamente su vida laboral.
Según una investigación realizada en nuestro país, la calidad de vida y la fatiga, uno de sus principales síntomas, influyen negativamente en el desempeño laboral de estos pacientes.
“Una peor calidad de vida y mayores niveles de fatiga se asociaron con un mayor porcentaje de ausentismo (faltar al trabajo), presentismo (afectación de la productividad laboral por estar enfermo) y deterioro general de la productividad laboral en pacientes con lupus eritematoso sistémico (LES)”, concluyen los investigadores.
El estudio, publicado en la revista especializada Lupus, evaluó a 133 pacientes peruanos parte de la Cohorte de Lupus del Almenara, entre octubre de 2017 y diciembre de 2018.
La productividad del trabajo se evaluó con un cuestionario validado para el lupus, en el cual se midió el ausentismo, el presentismo y la productividad laboral global.
Además, se midieron otros factores como la edad en el momento del diagnóstico, el género, el nivel socioeconómico, el nivel educativo, el tiempo de enfermedad, la actividad de la enfermedad, el daño relacionado a la enfermedad, el uso de medicación, la calidad de vida, la fatiga, entre otros.
“Abordar los factores relacionados con la calidad de vida y la fatiga puede tener un impacto significativo en el rendimiento laboral entre los pacientes con lupus eritematoso sistémico”, afirman los autores.
Entre los hallazgos, los expertos determinaron que los factores asociados con un mayor ausentismo fueron la duración de la enfermedad, y una peor calidad de vida (en los componentes de dolor, relaciones íntimas y la salud emocional), mientras que en un mayor presentismo fueron los componentes de la calidad de vida relacionados a la salud física y la fatiga.
Al ser una enfermedad incurable, uno de los objetivos del tratamiento para el lupus es que las personas puedan tener una mejor calidad de vida, lo que depende de que puedan acceder a un tratamiento adecuado y oportuno, entre otros factores.
En el estudio participaron investigadores del Grupo Peruano de Estudio de Enfermedades Autoinmunes Sistémicas de la Universidad Científica del Sur, del Hospital Nacional Guillermo Almenara Irigoyen (EsSalud), de la Unidad para la Generación y Síntesis de Evidencias en Salud de la Universidad San Ignacio de Loyola, de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, de la Universidad de Alabama en Birmingham y de la Universidad Peruana Cayetano Heredia.
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