La comida genera respuestas placenteras en el cerebro, y especialmente con alimentos como el chocolate, que lo estimula más que una imagen sexual, sobre todo en los hombres, según un estudio sobre comida y emociones realizado por el Instituto de Neurociencias de Alicante (España)
Promovido por Canal Cocina y dirigido por un equipo de fisiólogos, neurólogos, investigadores, ingenieros y psicólogos, la investigación buscaba conocer cómo responde el cerebro humano ante la visión de los alimentos y durante el acto de comer, para lo que se siguió la actividad neuronal en una muestra representativa de 40 personas de entre 18 a 80 años.
Al comer se produce una activación emocional del cerebro, es decir, “la comida nos emociona”, explica la directora de Canal Cocina, Mandi Ciriza. Por su parte, Miguel Valdeolmillos, coordinador del estudio, destacó que el trabajo “es pionero y relevante porque pasamos entre 7 y 8 años comiendo”.
En una primera etapa se determinaron los alimentos preferidos de un grupo de españoles a través de un estudio de mercado, resultando que son el jamón, la tortilla, los guisos tradicionales y el chocolate, a los que se sumó el tartar de salmón para contrastar la respuesta del cerebro ante sabores desconocidos.
Después se analizó la respuesta del cerebro durante la visualización y durante la ingesta de esos alimentos. El resultado demuestra que hay “una fuerte activación emocional e involuntaria en el cerebro, cuando vemos el alimento y cuando lo probamos”, indica el texto.
Ver y comer chocolate genera la respuesta emocional más intensa, más en los hombres (69%) que en las mujeres (62%), y superior a otros estímulos visuales positivos como imágenes de sexo, viajes o deporte.
Además, se halló que el cerebro femenino se activa solo con ver los alimentos, mientras que el masculino lo hace en menor medida y necesita probarlos. También se concluyó que este órgano es receptivo, ya que manifiesta una respuesta emocional positiva con los sabores que no conoce, algo que ocurre más a menudo en los hombres.
Para medir la reacción se registró la actividad eléctrica cerebral y fisiológica de los participantes con dispositivos para medir la actividad neuronal, las variaciones de la dermis y la frecuencia cardíaca.
Fuente: EFE