Debido a la pandemia, muchos hemos descubierto que nuestras conexiones a Internet en casa no son las mejores. A veces, tiene que ver con la cantidad de dispositivos que tenemos conectados o por la calidad de los equipos que tenemos instalados en el hogar. Sin embargo, cuando esos temas ya se han solucionado, no queda otra que pensar en cambiar el proveedor del servicio de Internet.
Además de los tradicionales servicios fijos por cable e inalámbrico (con un SIM móvil), han aparecido nuevas opciones: la fibra óptica y la satelital.
—Para distintas necesidades—
“En la coyuntura en la que vivimos, todas las operadoras han colapsado debido al poco ancho de banda que ofrecen a sus usuarios. Esto sucede porque se asigna un ancho de banda específico a un barrio, a un condominio o a un edificio, lo que termina siendo insuficiente para compartirse entre muchos usuarios, pues termina saturándose y se cae”, explica a El Comercio Emilio Lozano, director de Ultra, proveedor de fibra óptica.
A los domicilios de los usuarios se les asigna un ancho de banda específico, exclusivo, que no se comparte. Esto permite velocidades de subida y bajada simétricas, y un servicio mucho más estable.
Aunque es una tecnología que tiene más de 20 años, las conexiones satelitales a Internet recién se están haciendo más conocidas. “Esta opción es especial para zonas sin cobertura de la tecnología tradicional, es decir, en donde no llega la fibra, ni el celular ni el cable. Entonces, esta conexión es para geografías muy difíciles”, indica Hugo Paredes, gerente general de HughesNet.
Su principal punto en contra es la latencia en la conexión, sin embargo, no es crucial para la mayoría de funciones más utilizadas.
A tener en cuenta
Fibra óptica: Usa cables con filamentos de vidrio largos y finos. La información se transmite usando la luz. Pueden recorrer largas distancias. Cada vez se está popularizando más en zonas urbanas. Requiere que se haya tendido previamente la red en la zona donde se prestará el servicio.
Satélite: La señal se brinda a través de un satélite, ubicado a unos 35.000 km de altura. Se requiere la instalación de una antena y un decodificador en el domicilio del usuario final. Se recomienda para zonas alejadas, en donde no llegan los servicios tradicionales.
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¿Cómo mejorar la conexión de Internet?
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