Es muy probable que si los ingenieros de la empresa estatal China State Constructions Engineering dictaran un curso de especialización en el Perú, los cupos se agotarían en minutos. Ellos son parte de la primera constructora del mundo y los directos responsables de que el hospital en Wuhan para atender a mil pacientes con coronavirus se haya construido en 10 días, una noticia que dio la vuelta al mundo. El sentido de la oportunidad, la posibilidad de aprender más, de actualizarse, es clave para decidir si uno lleva o no un curso de especialización.
SU VERDADERA IMPORTANCIA
“En un mundo tan competitivo, ser especialista en un rubro específico, además de elevar el conocimiento y el nivel académico del estudiante, aumenta su atractivo en el mercado laboral; esto impacta directamente en el desarrollo de competencias adicionales para desempeñar mejor su trabajo”, explica Juan José Ramos Valdez, gerente de Formación Continua de la Universidad Científica del Sur.
Para Ana Reátegui, directora de los Programas de Educación Ejecutiva de ESAN, una especialización también da cuenta del grado de experticia que un profesional tiene y es un buen indicador de si está capacitado para recibir encargos de mayor responsabilidad. Reátegui afirma que es importante que la especialización siga un plan de carrera, que guarde relación con las metas que un profesional espera cumplir y no simplemente sea una excusa para acumular cartones.
¿CÓMO ELEGIR?
El psicólogo Manuel Beltroy Arias, especialista en orientación vocacional, sostiene que, como no todos pueden ser especialistas en varios rubros, uno se siente más valorado y especial al trabajar en lo que le gusta y al ser consciente de que existen pocos como él en el mercado. “Elegir una carrera que nos guste y para la que tenemos aptitud es bueno. Sin embargo, una vez dentro, es necesario dirigir ese interés y habilidad por algo más preciso y, sobre todo, más auténtico. Cada vez son más los universitarios que egresan, y las casas de estudios no ofrecen siempre mallas curriculares distintas para cada uno y dejan un 20% para elección del alumno”.
¿Qué se debe considerar al elegir una especialización, entonces? “Debe preguntarse en qué sector le gustaría desempeñarse en los próximos años. Además, escoger una buena entidad para estudiar. Si no es así, habrá gastado tiempo y dinero, pues el mercado no lo apreciará (independientemente de si la entidad es pública o privada)”, aclara Ana Reátegui. También aconseja que el graduado se pregunte si lo que quiere estudiar estará vigente cuando pase el tiempo, ya que las tendencias mundiales evolucionan mucho.
Por otro lado, Beltroy Arias añade: “Si suponemos que elegimos una carrera porque nos gusta el rubro, digamos construcción, y porque tenemos cierta habilidad para entenderla y desarrollarla, lo que sigue es entender la profesión y todo lo que abarca. En ese momento entra la pregunta: ¿qué es lo que quiero hacer con esta ocupación? Puedo construir puentes y carreteras, edificios de vivienda, aeropuertos, etc. Cada uno implica una especialización distinta que dependerá más de mi propósito con la carrera, que de mi habilidad o interés”. Estudiar una especialización es, de alguna forma, renovar un seguro de vida laboral. Anímese.