Lee Yun Hee es una muchacha que, desde que perdió a su padre, vive en un orfanato y ayuda a cuidar a los niños y niñas. Su suerte “cambia” cuando es adoptada por la familia del Sr. Ahn, un amigo cercano de su papá. Empieza una nueva etapa en Seúl, pero su madrastra y sus dos hermanastros le hacen la vida más difícil. En el camino conoce a Kang Min Hee, un aspirante a cantante, y a Lee Joon Hee, un ejecutivo del diseño de modas. Ambos serán sus grandes aliados, con quienes tendrá un vínculo especial. Esa es la trama de Un deseo en las estrellas (1997), una de las series más exitosas de Corea del Sur: tuvo una audiencia del 49.3%, la banda sonora marcó récords en ventas con más de 700 mil copias a nivel nacional, por mencionar algunos. También fue una de las grandes impulsoras del hallyu (ola coreana) en otros países de Asia y Latinoamérica.
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Fue, además, el primer drama coreano que se emitió en Perú en señal abierta (canal 7), en 2001. Tuvo buen recibimiento. “Gusta porque empata con ciertos ideales que se tienen acerca de las expectativas de género: hombres que son distantes, con un sentimentalismo dentro. Pero hay que buscar la forma de abrir esa coraza para poder conquistar, dándoles mayor acción a las protagonistas femeninas. Los coreanos han sido muy hábiles porque han creado un producto cultural con elementos que funcionan en otras latitudes”, explica Alexander Huerta Mercado, antropólogo de la PUCP.
A la emisión de este género se sumó canal 5 con Otoño en mi corazón, en 2002; y Sonata de invierno, en 2005. Sin embargo, fue Escalera al cielo (Tv Perú, 2006) –una historia marcada por la tragedia, que los protagonistas podrán superar con amor– la que logró cautivar a un fuerte número de televidentes peruanos, dejando el camino más que abierto al resto de producciones surcoreanas.
“Ojo que no es que los coreanos sean como aparecen en las series o en el k-pop, sino que es una idea que tienen los jóvenes frente a una sociedad muy tradicional. En nuestro caso, tenemos problemas en nuestra vida cotidiana porque vivimos muy relacionados con nuestras emociones y se tiene la idea de que la sociedad [de allá] es organizada, ordenada y disciplinada. Es un encuentro de dos sociedades que idealizan diferentes cosas, pero que empatan muy bien porque tienen como acuerdo que las emociones son importantes en la vida humana”, agrega Huerta. Eso sí, aclara, las producciones televisivas “son la punta del iceberg”. El k-pop es el verdadero “caballo de Troya” de Corea del Sur al mundo.
DOSIS DE REALIDAD
Mientras Perú recibía los primeros maretazos, Corea del Sur surfeaba su ola más grande: el cine de culto. Hablar de sus joyas cinematográficas, solo en los últimos 20 años, es una tarea complicada, que amerita otro artículo. Hay algunas, sin embargo, que no deben pasar por alto. En 2003, por ejemplo, Park Chan-Wook estrenó un filme que no solo lo consagró en la industria (mundial), sino que abrió el camino para una nueva generación de directores. Oldboy, de ‘trilogía de la venganza’ del surcoreano de 58 años, es una película transgresora con gran cantidad de subtexto, que invita a reflexionar -más allá de la venganza- lo que implica ser humano y cómo afecta lo que nos rodea. Es cierto que las intenciones son evidentes, pero el espectador debe estar atento a todos los detalles que va proporcionando el director en cada secuencia. “Un maestro de la composición, el Sr. Park hace ficciones violentas con aspecto más elegante. Tiene un estilo visual impecable”, dice la crítica de The New York Times dos años después de haberse estrenado (por esa época, recién llegaba a Manhattan).
La “segunda ola”, como dicen algunos, vino con Parasite (que ha recaudado más de 128 millones de dólares en todo el mundo) la mejor película del 2020. En una primera lectura, la premisa de la película de Bong Joon-ho (Memorias de un asesino; El expreso del miedo; Okja) parece simple: dos familias de niveles socioeconómicos opuestos entrecruzan sus caminos donde no se enaltece a una clase, ni martiriza a la otra. Como explica su director, “no hay villanos. Solo individuos que son víctimas de algo llamado capitalismo”. Si bien esta historia se desarrolla en Corea del Sur, tranquilamente podría tomar lugar en Perú u otro país. La familia, la dignidad humana y el clasismo son, pues, temas universales.
Con buenos precedentes, Dong-hyuk Hwang sumó un ingrediente clave: la experiencia personal. El juego del Calamar, que bien parece describir la brecha que se ha acrecentado con la emergencia sanitaria, nació en 2008. “Cuando comencé, yo mismo estaba en apuros económicos y pasaba mucho tiempo en cafés leyendo cómics como ‘Battle Royale’ y ‘Liar Game’. Llegué a preguntarme cómo me sentiría si participara yo mismo en los juegos. Pero encontré los juegos demasiado complejos, y para mi propio trabajo me enfoqué en usar juegos de niños”, contó el director a Variety. Hay elementos que hacen referencia -quizás con intención, quizás no- a problemáticas sociales ya conocidas por el espectador. El protagonista vive en casa subterránea (llamada “banjiha” en Corea del Sur, como las que mostró la película Parasite) donde no se sabe si es de día o noche, simplemente es un espacio donde los sueños descansan… o desaparecen. El lugar donde se lleva a cabo estos juegos macabros, parece un guiño a la ‘isla tortura’ de Jeffrey Epstein, donde magnates cometían abusos. “La historia dejó de ser surreal y extraña, y se ha vuelto mucho más realista. Cuando mostré este guion a Netflix, la persona que lo leyó dijo: ‘Guau, está es una historia similar a la realidad”, explicó el director a este diario.
“Todo este contenido cultural de Corea (canciones, series, películas) está siendo expuesto a las personas de manera global y ahora nosotros estamos alcanzando popularidad, al menos por el momento. Espero que una vez que lleguemos a la cima, que la caída no sea tan rápida”, agrega. El hallyu va más allá y tiene para rato.
MÁS ALLÁ DE LA MÚSICA
A Gabriela Aiscorbe le gustaba ver series y programas coreanos subtitulados en inglés. En 2010, junto a una amiga, se animó a subtitularlos al español para que más personas puedan verlos. Así estuvieron hasta inicios de 2013, cuando le datearon sobre una nueva agrupación de la compañía Big Hit próxima a debutar. “Creamos una página para compartir noticias y subir videos, pero al inicio se sabía muy poco de ellos. La gente que nos seguía en redes cuando debutaron fue mínima. Hemos logrado lo que tenemos ahora gracias al apoyo de los fans”, cuenta la ahora integrante del staff de BTS – PERÚ.
Faltaría espacio para enumerar los logros de Jin, J-Hope, RM, Suga, Jimin, V y Jungkook en los últimos años, pero va lo más destacado: BTS es el primer artista coreano en recibir una certificación de la Asociación de Industria Discográfica de Estados Unidos (RIIA, por sus siglas en inglés); en tener cuatro discos número uno en los charts de EE.UU. en menos de dos años (suceso que no pasaba desde The Beatles, entre 1995 y 1996); en ser nominados al Grammy; en liderar simultáneamente las listas Billboard Global 200 y Billboard Hot 100.
“La música es un lenguaje universal, podemos comunicarnos a través de ella. Hay mucha gente que prejuzga a la música sin haberla escuchado. A veces a uno le llega a afectar [lo que dicen], pero después de tanto tiempo como que no importa. A los padres que estén leyendo, denles una oportunidad. BTS es una banda muy completa. Se han ganado un nombre a nivel mundial por su arduo trabajo y por lo que transmiten a través de sus canciones”, agrega Gabriela.
Más allá de las melodiosas voces, hay un factor que destaca el antropólogo de la PUCP: el ámbito social. “Cada uno de ellos tiene una voz social importantísima. Los y las idols se convierten en una imagen ideal donde proyectamos lo mejor que tenemos como comunidad. No solo por el talento, el sacrificio, la disciplina, la belleza: se proyectan valores”.
Es ese factor el que motiva a los clubes de fans a celebrar los cumpleaños de los integrantes o aniversarios de la banda acompañados de alguna labor social. Cuenta Tiffany Carnero, del staff de EXO Perú, que solo continúan “lo que ellos ya hacen”. Por si aún no los escucha, debe saber que EXO es una agrupación de la empresa SM Entertainment que debutó en 2012 con doce integrantes. A la fecha están Xiumin, Lay, D. O., Kai, Sehun, Baekhyun, Suho, Chen y Chanyeol (los cuatro últimos inactivos por servicio militar). Desde 2014, el grupo está clasificado en el top cinco de la lista de celebridades poderosas de Forbes Korea y se llevó el primer lugar del 2015 al 2017.
“Sehun va a los albergues, limpia el lugar, juega con los niños, dona anónimamente, pero lo llegan a descubrir. Eso nos incentiva a seguir. Comenzamos en un asilo de abuelitas. Alquilamos un bus donde pusimos el banner de EXO para llevar los víveres, hicimos un grupo de baile y ellas bailaron. Es bonito poder ayudar”.
El hallyu en Perú –y el mundo– tiene para rato. “La ola coreana siempre va a tener varias caras porque es un producto bien organizado que tiene calidad. Está mostrando durabilidad porque se toma en serio a sí mismo. Adquieren todos los elementos del capitalismo en cuanto a promoción y consumo”, reflexiona Alexander. Pero también pide que miremos más allá: esta ola también nos está enseñando sobre nosotros como sociedad. “Veo cuestionamientos a la masculinidad, se busca una más empática, suave, sensible. Somos una sociedad en la que las relaciones entre hombres y mujeres carece de empatía. También está el racismo contra los orientales por la idea de simplificar a todo como ‘chino’. Ha generado una comunidad emocional y eso es valioso. En el Perú parece que estuviera prohibido ser feliz. Me parece que es bueno que existan grupos que confronten eso. Estas bandas logran romper con el conservadurismo que caracteriza tanto a nuestra sociedad. Sería bueno aprender de ellas y los k-popers”. //
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SALTO A LO GRANDE
BTS pasó por la pantalla grande. En 2019 se estrenó en salas peruanas BTS World Tour: Love Yourself in Seoul, la película que cuenta todos los detalles de los conciertos de BTS en el Estadio Olímpico de Seúl como parte de su última gira durante el 2018 y que mostró el setlist completo durante dos horas y 10 minutos de show.
En el catálogo de Netflix hay más de 40 títulos originales de k-dramas (dramas producidos en Corea del Sur). En el 2020, los peruanos vieron más contenidos coreanos. Entre los títulos destacan #Alive y Kingdom.
Los seguidores de BLACKPINK, agrupación integrada por Jisso, Rosé, Lisa y Jennie, tienen dos producciones por ver. La primera es Blackpink: Light Up the Sky, un documental musical sobre el grupo femenino surcoreano dirigido por Caroline Suh, que realiza un seguimiento del grupo desde sus inicios hasta su etapa más exitosa. Disponible en Netflix.
El segundo es BLACKPINK The Movie, el filme con el que el cuarteto celebra su quinto aniversario. Se verán secuencias sobre sus recuerdos y su debut, entrevistas exclusivas y un mensaje especial para sus seguidores. Perú es uno de los más de 100 países donde se podrá ver la película en el cine. Así lo ha anunciado la cadena Cinemark. Más detalles en https://www.cinemark-peru.com
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