Cuando uno camina por la avenida Corrientes, una de las principales vías de Buenos Aires, es inevitable percibir un cálido aroma a pizza recién horneada. Allí se encuentra Güerrín, un clásico bonaerense, esperando a sus comensales con una variada oferta en la que destacan su clásica de muzzarella, la napolitana y la de jamón y morrones. Pero no es el único templo que le rinde culto a la pizza porteña. También está Angelín, sobre la avenida Córdova, con su pizza canchera y la fugazzetta rellena; y la Mezzeta, en la avenida Álvarez Thomas, famosa por sus tortas de ricota, pastafrolas, budín de pan y empanadas.
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