La gastronomía, por sus triunfos recientes en las listas mundiales, se ha convertido en nuestra mejor carta de presentación. En el último tiempo, Madrid ha abierto las puertas a distintas propuestas culinarias con sello peruano.
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Sobre la calle de Hermosilla, en el barrio de Salamanca, el cocinero y empresario Jhosef Arias inauguró en 2023 la pollería Humo, un espacio que ha conquistado al público español con una propuesta simple, pero efectiva: un pollo jugoso y de piel crocante, con abundantes papas y ensalada. Este es uno de los cinco proyectos gastronómicos que Jhosef dirige en Madrid desde 2013, cuando sus ganas de querer quedarse a vivir en España para forjarse un mejor futuro lo empujaron a abrir el restobar Piscomar. “Este país le brinda muchas facilidades al empresario para poner un negocio. La licencia y demás documentos que se requieren se gestionan de manera virtual. Como todo trámite, a veces puede ser un poco engorroso, pero con una buena actitud todo se hace más llevadero”, explica el chef.
El imperio gastronómico que Jhosef ha levantado en Madrid se fundó sobre la base de 13 mil euros. “Al principio, había que hacer de todo: cocinar, atender, arreglar cualquier desperfecto. Felizmente, hicimos bien la tarea, con mucho sacrificio. Nuestro fuerte siempre será la cocina”, comenta Jhosef, quien aprendió a cocinar viendo a su madre preparar cien menús diarios cuando vivía en San Juan de Lurigancho.
Su siguiente emprendimiento, precisamente, lo hizo en honor a ella, chalaca de nacimiento: Callao 24, actual nominado a los Premios Somos en la categoría mejor restaurante en Madrid. Posee, además, el espacio de comida nikkei Hasaku y el restaurante ADN Perú, donde podemos comer un pan con chicharrón o un cebiche carretillero como si estuviéramos en el centro de Lima. “El madrileño es muy cosmopolita, muy atrevido. Son de buen diente, les gusta probar cosas nuevas. Por esa razón, la gastronomía peruana es muy bien recibida”.
De igual modo, la empresaria peruana Shadia Ode decidió abrir un gastrobar en 2022, tras viajar a la capital española de vacaciones con sus hijos. “Yo vine solo por unos días, pero esta ciudad me enamoró desde el primer momento. La gente acá hace mucho su vida fuera de casa. Para en las terrazas, en tiendas, en restaurantes. Esa vibra me encantó”, dice. Mientras caminaba por las calles del barrio de Salamanca, se topó con un aviso que la animó a echar anclas en la península ibérica: “Se traspasa establecimiento”. En ese mismo instante, llamó a su hermano Damián Ode, figura de la televisión y conocido empresario gastronómico, para proponerle la idea de abrir un emprendimiento en la capital española. Fue así como, luego de los trámites de rigor, ambos hermanos se asociaron y abrieron La Nación. “Es una ciudad que acoge superbien a todo aquel que viene a invertir. La Nación es un pedacito del Perú en Madrid”.
Otro de los negocios que viene dando que hablar en esta ciudad es Casa Manjar, de la peruana Belén Barnechea, quien llegó a Madrid en 2017 para trabajar en una agencia de comunicación corporativa. Su vida profesional dio un giro a raíz de la pandemia del COVID-19: durante los días de cuarentena, Belén se dedicó a hacer brownies y alfajores como pasatiempo, los cuales compartía entre sus amigos. Al ver la aceptación que tenían sus postres, se asoció con una amiga y decidió emprender su negocio gastronómico. “En una semana hicimos todos los trámites, registramos la marca, y comenzamos a operar”, cuenta la comunicadora y repostera. “La aceptación fue inmediata. Nos ayudó mucho que la prensa le diera cobertura a nuestra propuesta”, añade. El diario “El Mundo” ha calificado a los brownies de Casa Manjar como “los mejores de Madrid”.
Su local se encuentra sobre la calle Diego de León, en Salamanca, uno de los barrios más populares entre un grupo de peruanos, con los alquileres más caros y exclusivos de la ciudad. La torta de alfajor y la torta de chocolate con fudge y manjar (al estilo casero) son los favoritos del público que la visita, explica Belén. Su fama se debe también, en parte, a su matrimonio con el aristócrata español Martín Cabello de los Cobos.
Limeñas en la prensa del corazón
De ahí se desprende otro fenómeno digno de atención: el de las ‘socialités’ y personalidades limeñas que se encuentran en Madrid, compartiendo reuniones, posteos de Instagram y marcando tendencias. Así, la alta sociedad peruana también tiene una refrescante presencia en la capital española. La princesa Alessandra ‘Sassa’ de Osma, abogada, diseñadora y esposa del príncipe Christian de Hannover, es una de las mujeres más influyentes en cuanto a moda y estilo de vida se refiere. La prensa le sigue los pasos y da vitrina a las novedades de sus marcas: los bolsos de Moi and Sass, y las prendas de Philippa 1970, su apuesta de ropa creada junto a dos socias españolas cuyas piezas han sido usadas —entre otras celebridades— por la mismísima reina Letizia. A pesar de estos esfuerzos, y de la renovada visión de la peruanidad que hay en el extranjero, la moda con sello local todavía no ha podido entrar con fuerza al mercado español.
Así nos lo comenta la editora de la revista “Cosas”, Isabel Miró Quesada, quien llegó a vivir a Madrid hace 2 años. Desde allá tiene acceso a personalidades que puede entrevistar y hacer teletrabajo para el Perú sin problemas. “A partir de la pandemia, se ha normalizado la vida en más de dos lugares y Madrid es ideal”, dice.
Recientemente, Isabel organizó la segunda subasta del MALI en esa ciudad, un encuentro que congregó a distintas personalidades, incluida su amiga, Sassa de Osma. En esta clase de eventos se suelen encontrar otros miembros notables de la comunidad peruana, como los coleccionistas de arte Eduardo Hochschild y Jan Mulder, o el empresario Carlos Añaños, quien “vive en Madrid, pero cada vez pasa más tiempo en el Perú”, cuenta la editora. Isabel señala que, si bien aún no hay grandes eventos peruanos alrededor de la moda, el arte o la cultura, con una comunidad tan nutrida como la nuestra se espera que pronto cambie ese panorama. Parece ser que —varios siglos después de nuestro primer encuentro en costas americanas— los peruanos esta vez hemos llegado a España para conquistar. //
“Me siento rodeada del Perú. A una cuadra de mi casa encuentro un excelente sushi en Akiro, del chef Luis Arévalo. En la otra esquina está el pollo a la brasa —igual o más rico que en Lima — en Humo, de Jhosef Arias, quien tiene otro local que se llama Piscomar. A unos 10 minutos caminando está Quispe de César Figari, considerado por muchos el mejor restaurante peruano en Madrid. Allí no solamente van peruanos, sino que compite con los demás restaurantes top de la ciudad. En la misma línea está Llama Inn, ubicado en el centro, además del Quintín, que es uno de los sitios más famosos actualmente.
Hay mucha comida nikkei y chifas como en el Perú, de alto, medio y bajo rango. Lo que quizá falte es un buen lugar de comida chiclayana, para probar un seco como corresponde. Pero, a diferencia del buen momento que vive la gastronomía peruana aquí, todavía hay vacíos en la promoción de otros espacios peruanos en esta ciudad. Vemos la presencia cultural que tienen México o Colombia en exposiciones, museos, con pancartas en las calles. Nuestro país no la tiene. Hace falta apoyo del gobierno. Se estuvo hablando de la Casa del Perú —así como existe la Casa de México—, pero quedó en nada. Hay un trabajo importante por hacer”.
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